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Casas de Pablo Neruda: Isla Negra

Isla Negra, mirando al mar

Seguimos con Pablo Neruda y su casa "mágica", Isla Negra.
"Me rodea el mar, me invade el mar: somos salobres, mesa mía, pantalones míos, alma mía: nos convertimos en sal. No sabemos qué hacer en las calles, entre la gente apresurada, en las boticas, en el baile, perdimos las costumbres, las palabras en clave para comprar y vender. Nuestra mercadería fueron algas relucientes, serpentinas, foliáceas, pétalos enyodados, mariscos sangrientos. La sal de la espuma nos chisporroteó de tal manera, la sal del aire nos impregnó como si fuéramos una casa perdida, hasta que circuló sólo salmuera en las habitaciones" [Una casa en la arena]

Pablo Neruda
 ... Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto

Como continuación de mi primer viaje a Chile, en el 2003, un anfitrión excelente, de la Universidad de Valparaíso, el profesor Roberto Prado Fiedler, me acompañó a la zona de Algarrobo, concretamente a la casa de Pablo Neruda "Isla Negra". Una casa mágica, mezcla de sueños, de colecciones, de poemas, de mar, de tierra, de vistas oceánicas,... una casa que compró Pablo Neruda a la vuelta de su estancia en España y Francia. La zona en concreto se llama como la ciudad andaluza, Córdoba, aunque el poeta la cambió a Isla Negra para querer darle un toque marinero y lo de "negra" por las rocas negras que hay en la playa a la derecha de donde se ubica la primera casa. La propiedad pertenecía a un marino español, el capitán de navío Eladio Sobrino y de ella empezaron a salir otros habitáculos para ir albergando colecciones de máscaras, de vidrios, y sobre todo su más que famosa colección de mascarones de proas. La casa, las casas, estan unidas por una arcada de piedra. En el Norte están las habitaciones (dormitorios, comedor, sala de los mascarones, y un bar) y en el Sur estaba la biblioteca, aunque esta mudó a Santiago, a la Fundación Pablo Neruda.

Colecciones varias del poeta en su casa de Isla Negra

Tiene un jardín donde yace su tumba con la de su mujer, Matilde Urrutia (tercera esposa) donde hay una máquina de tren antiguo, unos palos con campanas que suenan con el viento, y una barquita donde a don Pablo Neruda le gustaba sentarse, decía que le gustaba navegar pero que se mareaba y por eso optó por tener una barca en su casa. Es curioso ver, por ejemplo, en las vigas de madera, poemas, o los nombres de poetas compañeros suyos muertos: "He edificado mi casa también como un juguete y juego con ella de la mañana a la noche". La casa fue cedida por el poeta al Partido Comunista Chileno, luego incautada por el Gobierno de Pinochet y más tarde a la Fundación que lleva el nombre del poeta. Puede visitarse y conviene desplazarse desde Valparaíso hasta la zona playera de Algarrobo, preferiblemente en coche ya que la zona no esta muy bien comunicada. Merece mucho, mucho, la visita a Isla Negra.




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