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El parque nacional Weerribben-Wieden

National Park Weerribben-Wieden

En uno de los días de nuestro viaje a Holanda, nos dio por visitar un parque nacional holandés, concretamente fuimos al Nationaal Park Weerribben-Wieden, en la provincia neerlandesa de Overijssel, a una hora por carretera de Almere, que es donde teníamos el hotel. Aparcamos en un pueblecito muy bonito que se llama Giethoorn, un «pueblo acuático» ya que hay tantos canales que a muchas casas sólo se puede ir en barco, se le conoce como Hollands Venetië, la «Venecia holandesa».

Giethoorn

Giethoorn, la puerta del parque nacional

Giethoorn es súper "pintoresco" (cercano a parque temático), como podemos ver en las siguientes fotografías. Es famoso por sus canales, puentes de madera y casas con tejados de paja. Aunque, como he dicho antes, se le llame la «Venecia holandesa», es quizás un poco exagerado, aunque es verdad que mucha gente se mueve en embarcaciones de todo tipo, sigue habiendo rutas peatonales, puentes y vías ciclistas, como en toda Holanda. Mucha bicicleta, ¡muchísimas por todas partes!, que a veces no van con la suficiente prudencia.

El pueblo surgió hace siglos gracias a la extracción de turba, que creó lagos y canales


Muchas casas están construidas sobre islas y solo se accede a ellas cruzando puentes, muchos de ellos privados. Además, sus típicas granjas tienen un curioso diseño ya que el granero es más alto que la casa. Antiguamente se usaban unas barcas llamadas punters, que se impulsaban con pértigas. También había barcas más grandes como las balsas y los bocks, que servían para transportar de todo: desde heno y turba hasta ganado. Incluso el panadero y el lechero repartían sus productos en estas barcas. Gracias a esto hubo un montón de astilleros en el pueblo. Aunque empezó como un lugar de turberos, con el tiempo Giethoorn pasó a vivir más de la ganadería, la pesca y la venta de juncos para techos.

Museo etnográfico de Giethoorn
Algunos de estos puentes son privados porque dan acceso a una casa particular

También sufrieron inundaciones importantes en el siglo XVIII y XIX que transformaron el paisaje, creando lagos poco profundos. A lo largo de la historia, muchos habitantes emigraron a otras zonas en busca de trabajo, llevando su dialecto (el gietersk) a otros pueblos. Hoy en día, Giethoorn es sobre todo un lugar turístico, donde la gente sigue navegando por sus canales para disfrutar del paisaje.

Hasta 1966, los agricultores usaban juncos para cubrir campos de bulbos, pero luego cambiaron a la paja y desaparecieron los vaarboeren (agricultores que iban en barca). Muchas granjas se transformaron en viviendas y la tierra pasó a manos de la organización Natuurmonumenten, que creó la gran reserva natural De Wieden. Años después se construyeron nuevas carreteras y puertos deportivos para impulsar el turismo y los deportes acuáticos. También surgió un barrio nuevo en el norte del pólder de Giethoorn.


Es curioso como uno de los catalizadores del turismo en Giethoorn fue el rodaje de una película titulada Fanfare, una comedia de 1958 dirigida por Bert Haanstra. Pues bien, este film se hizo muy famoso, y fue uno de los hitos de la historia del cine holandés. Con más de 2,6 millones de espectadores, es la segunda película holandesa más exitosa de todos los tiempos. A la vez, el turismo en Giethoorn se disparó, convirtiéndose como hoy en la principal fuente de ingresos. Pero no sólo vinieron los nacionales, desde los años 70, empezaron a llegar turistas extranjeros, sobre todo alemanes y belgas.


A partir de 2005, una empresaria local promocionó Giethoorn en China y también se hicieron campañas para atraer turistas árabes de Dubái y Baréin. El resultado es que a Giethoorn llegan más de un millón de turistas al año. Desde mi punto de vista creo que se les ha ido de las manos esto del turismo, está todo un pelín masificado. Al menos tienen un parking gratuito donde puedes dejar el coche.

Weerribben-Wieden


Desde Giethoorn salimos para hacer nuestro previsto sendero: una caminata por el parque de 14 kilómetros. En el centro de visitantes hay una QR para que te descargues una app gratuita con la que te aparecen las rutas posibles y un seguimiento con el teléfono de por dónde vas. Está disponible en idioma inglés y es muy útil.

La historia del parque es parecida a la de Giethoorn, arranca ya en el siglo XIV, cuando los habitantes empezaron a extraer turba como combustible. En el XVIII y XIX, tormentas e inundaciones transformaron antiguos campos en lagos, como el Belterwijde. Desde 1934, organizaciones como Natuurmonumenten y Staatsbosbeheer compraron tierras y crearon reservas. Con el tiempo, la actividad decayó: en 1955 se detuvo la extracción profesional de turba y el carrizo pasó a ser la principal fuente de ingresos. En paralelo, surgió la conciencia de proteger el paisaje.

Y una vez comentada un poco la historia del parque, dejamos el agobio de tantos turistas que llegan aquí desde primeras horas de la mañana (muchos autobuses con turistas nacionales y extranjeros), y comenzamos a movernos primero entre casas muy bonitas.

Algunos hacen el recorrido por el parque en barquitos que se alquilan y es uno de los negocios del lugar
Hay que tener en cuenta que en Holanda la máxima altitud es una colina de 322,4 metros, el Vaalserberg, así que aquí los parques nacionales están antropizados (dada la alta densidad de población)

Se han introducido nutrias (que no vimos), y también hay muchas aves acuáticas. En 1976, la zona obtuvo reconocimiento internacional por su valor como hábitat de aves, como el avetoro, la garza imperial o el charrán negro. También destaca la nutria, reintroducida en 2002, y la mariposa de cobre grande, rarísima en Europa. Nos conformamos con vacas y caballos frisones, y multitud de cigüeñas, patos y cisnes.


A pesar de ello, el Parque Nacional Weerribben-Wieden, en Overijssel, es el mayor humedal de turberas de tierras bajas del noroeste de Europa y surgió en 2009 al unir dos reservas: De Weerribben y De Wieden, formando un paisaje de más de 10.000 ha lleno de lagos, canales, cañaverales, praderas y bosques pantanosos. Todo esto gracias a siglos de extracción de turba y cultivo de carrizo, que crearon un mosaico natural único.

Además de conservar la naturaleza, el parque busca acercarla a la gente: senderos, centros de visitantes, rutas en barco y alojamientos en antiguas casas

Cada invierno se cosechan los juncos, se dragan canales y se abren zonas de agua para mantener vivo el ecosistema. Gracias a proyectos europeos y nacionales, la zona ha recuperado turberas, mejorado hábitats y facilitado el turismo sostenible. Hoy, Weerribben-Wieden cuenta no solo la historia de la turba y el carrizo, sino también la de cómo la naturaleza, la cultura y las personas pueden convivir en armonía.

Y acabamos... los 14 kilómetros se convirtieron en 16
... al final volvimos a Giethoorn y al coche, para volvernos a Almere

Y esto es todo, quizás se habrán hecho una idea de lo que supone un parque en Holanda, nada que ver con los españoles, pero también tiene su encanto.
Hasta la próxima, viajeros !!

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