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Carcasona, en tierra de cátaros

La “skyline” de Carcassone

Carcassonne, o Carcasona (españolizada), es una de las ciudades fortificadas más bonitas de Francia y Europa, aunque su restauración no haya sido siempre la más correcta. Nosotros llegamos en coche a un apartamento que en teoría estaba cerca del centro de la ciudad, pero que nos confundió porque realmente la ciudad antigua está alejada de lo que es el resto de la ciudad moderna. La parte realmente significativa de la ciudad se encuentra en una colina, pues fue en esa elevación, allá por el año 800 a.C., donde se empezó a forjar Carcassone como un importante centro de intercambio comercial. Por tanto desde la época prerromana, han existido fortificaciones en la colina. En el año 27 a.C. la población se convirtió en la colonia romana Iulia Carcaso. La ciudad se protegió con la construcción de un muro de unos 1200 m de largo y un castillo, a su vez rodeada de fortificaciones de una longitud total de 3 km que seguía en gran parte la muralla romana: un núcleo de mampostería revestido de piedra de cantería, alternando con tramos de ladrillo, todo ello sobre sólidos cimientos. Pero si por algo fue famoso en la historia de Europa esta zona, fue por su papel durante la cruzada contra los albigenses, cuando la ciudad era un feudo de los cátaros.

Bandera con la cruz cátara
Escudo

La colonia de Iulia Carcaso, pasó a denominarse más adelante como Carcasum y Carcasso. Luego en el siglo V, los visigodos ocuparon la ciudad y construyeron todavía más fortificaciones que aún se conservan. Los musulmanes también llegaron hasta aquí, la tomaron pero solo durante veinte escasos años por la intervención del rey Pipino el Breve, cediéndolo a Bellón, mítico primer conde de Carcasona y fundador de las ramas dinásticas de las casas condales de Barcelona y otras de Occitania. En 1067 por matrimonios entre nobles se une la alianza con las ciudades de Albi, Nimes, Tolosa y se estrechan las relaciones con el rey de Aragón, Alfonso II.

La moderna Carcasona alejada de la ciudadela antigua

Aquí arriba tenéis nuestra primera impresión de la ciudad, pensábamos incluso que nos habíamos equivocado, que no veíamos el castillo y las fortalezas por ninguna parte. Es que al otro lado del río se halla la ciudad más nueva, de origen medieval y traza rectilínea, que guarda algunos puntos de interés, aunque la edificación acusa un aire decadente y se detecta la falta de inversión.

 

Por las calles de Carcasona...


... se pueden observar edificios de origen medieval

Ciudad de Carcasona y la Catedral
 
La catedral de Saint-Michel de Carcasona es un edificio de estilo gótico del siglo XIII levantada por el rey Luis IX, en 1247, a fin de reemplazar un antiguo santuario, auque ha pasado por varias reconstrucciones como la torre cilíndrica de aspecto militar y un foso alrededor. En el siglo XIX pasó a ser Catedral como tal, al traerse la ciudad la sede episcopal de Saint-Nazaire. Arriba y abajo véis una foto de la catedral… Abajo una iglesia muy parecida a la Catedral, la de Saint Vicent.


Además de las revueltas que luego hablaremos de los carcasoneses en la época cátara, mucho más reciente en el siglo XX, los viticultores fueron protagonistas de grandes revueltas campesinas en torno a sus vinos de Languedoc por el fraude y estafa en la sobreproducción y la competencia. Aquí en esta ciudad precisamente se fundó la primera unión sindical agraria.

Los cátaros


Los cátaros o albigenses fueron los partidarios de una escisión de la Iglesia de Roma, un movimiento de carácter gnóstico que se propagó por Europa Occidental a mediados del siglo X, pero que tuvo el "boom" más espectacular hacia el siglo XII1 y en una zona concreta que fue el llamado Mediodía francés, especialmente el Languedoc. Aunque había cierta conexión con la corona de Aragón. El catarismo afirmaba una dualidad creadora: a Dios y a Satanás. Eran heréticos para el Papa y predicaban el ascetismo y el rechazo a los bienes materiales. La Iglesia con el apoyo de los reyes de Francia puso en marcha la Cruzada albigense, para lograr su erradicación violenta. Carcassonne fue entonces famosa por su papel durante esta cruzada, porque la ciudad era un feudo de los cátaros aunque duró poco ya que en agosto de 1209, el ejército de los cruzados de Simón de Montfort forzó la rendición de la ciudad después de un sitio de quince días. Francia convirtió la ciudadela en la frontera entre Francia y la Corona de Aragón. En la batalla de Muret contra el rey Pedro II de Aragón, ya se marcaron las bases para que definitivamente los reyes de Francia dominaran Occitania y Aragón perdiera su Carcasona y se convirtiera en Carcassonne.


Luis IX perdonó a los habitantes que lucharan contra él pero no les permitió volver a la ciudadela de Carcasona con la condición de que se quedasen en la orilla occidental del río, la nueva ciudad de la que hablamos antes en esta entrada, la llamada Ciudad Baja o Bastida de San Luis. Al final las fortificaciones se abandonaron cayeron en la decadencia arquitectónica, la ciudad nueva se convirtió en un centro económico textil y la ciudadela en la ciudad de las ratas.

La Ciudadela de Carcasona


La ciudadela es como hemos visto anteriormente la verdadera ciudad histórica fortificada de Carcasona que finalmente fue desterrada como símbolo de la resistencia cátara al Rey y al Papa. Pasear por la Cité es pasear por una auténtica ciudad medieval con calles estrechas, barrios gremiales, su castillo, el antiguo castillo de los condes de Carcasona y la basílica de Saint-Nazaire. La ciudadela es un conjunto militar pero urbano, con una fortificación muy singular que hoy día quizás esté excesivamente "retocada", da la impresión de que se le ha ido un poco de las manos la restauración, recuerda los Exin-Castillos con los que jugábamos los de mi generación, el castillo perfecto de almenas y puertas con fosos y rampas. La ciudadela de Carcassonne se conoce como la Cité y en occitano como Ciutat.

A pesar de nuestra crítica no cabe duda que muchos elementos se han conservado tal como hoy están desde la Edad Media. Pero ya hemos hablado antes que terminó abandonada hasta la segunda mitad del siglo XIX, con intervención de Eugène Viollet-le-Duc. Hoy la Cité es Patrimonio de la Humanidad por el programa de la Unesco desde 1997, además de Monumento histórico por el Estado francés. Esta siempre a tope de gente, es preferible ir tempranito antes de que la asalten los nuevos cátaros, los autobuses de turistas, jajajajaja.... es uno de los centros turísticos más visitados de Francia.


Como podéis apreciar por las fotos la Cité está situada en una elevación que notarás por la subida del caminito, junto al río Aude. Resume en la ciudad fortificada todo su pasado galo-romano, visigodo, musulmán, capital de Condado y Vizcondado de Carcasona, incluso cuartel de almacenamiento de los alemanes en la Segunda Guerra Mundial. Su doble muralla supera los 3 km de longitud.




Comentarios

Él y ella viajeros ha dicho que…
Pues... ejem, creo que visité en esta ciudad a modo de "nuevos cátaros" en un viaje turístico algo apresurado. Sin duda, un lugar tan interesante se merece una visita más pausada, y a ser posible, a primera hora de la mañana, porque tiene algo especial, (a pesar de su toque "Exin-Castillos, también de mi generación :))
Muchos saludos.
Verónica Paz ha dicho que…
Lo tengo pendiente!! y con lo que me gusta la historia!!
En fin, a ver si planeo una escapadita, aunque solo pueda ser a Carcassone...

Un abrazo ;)
Libreta Viajera ha dicho que…
Una entrada magnífica la que nos traes de Carcassone. Es un lugar precioso, si bien, como dices, su restauración ha sido un tanto polémica, pero el resultado es un pueblo medieval de cuento.
Fascinante historia.
Un abrazo,
Con autocaravana y sin ella ha dicho que…
Muy completa esta entrada con la historia de Carcassone. Las fotografías me han recordado lo que disfruté paseando entre sus murallas.
Un abrazo viajero!
M. Teresa ha dicho que…
La primera vez que estuve en Carcasona aluciné, me encantó. La segunda un poco menos y después de la tercera no creo que vuelva. La ciudad es muy bonita pero la han convertido en una especie de parque temático.

Un abrazo
Paco Piniella ha dicho que…
Estoy muy de acuerdo contigo Teresa, pero esto ocurre con muchas ciudades: Rocamadour, Santillana del Mar, Saint Michel,… lugares donde no hay vida, hay turistas y los que hacen negocio con los turistas.
El Guisante Verde Project ha dicho que…
Nosotros le teníamos muchas ganas, Paco. Y lo cierto es que nos gustó, mucho. Habitualmente, solemos huir de los pueblos-tienda y Carcassonne nos sorprendió porque vimos más vida de la que esperábamos, aunque evidentemente es turístico, yo recomiendo que se visite. Y, por supuesto, una vuelta por el país cátaro aportará mucho y bueno al viaje.
Saludos!