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Alcalá la Real, una tierra de frontera.


Vista nocturna de Alcalá la Real

Bueno, hoy me he parado en un destino peculiar, para mi empieza a ser casi familiar, porque mis amigos Pau y Jose, de allí, casi son ya parte de esa familia de amigos con los que uno se iría a una isla y todo lo demás mundano le sobraría. Alcalá hay muchas, Alcalá de los Gazules en la provincia de Cádiz, patria de mis antepasados maternos, Alcalá de Henares, Alcalá del Río,... Alcalá la Real es de Jaén, y reivindica ser la Alcalá donde vio su primera luz el Arcipreste de Hita. Y es de Jaén, aunque cercana a la trifrontera con Córdoba y Granada, muy cercana a las vegas granadinas y a su vez cercana también al parque natural de la Sub-Bética. Y sobre todo Alcalá la Real es una tierra de frontera, lema que últimamente han sabido explotar comercialmente desde el punto de vista del lanzamiento turístico de la ciudad. Una ciudad con una población de algo más de veinte mil habitantes.

Vista aérea (esta foto no es mía)

En las primeras fotos (arriba del todo), que no son fotos mías sino de Wikipedia, aparece el símbolo por excelencia de Alcalá, la Mota, la fortaleza, el castillo de la Mota, con su iglesia Mayor Abacial que sobresale del resto. Pero su historia se remonta a los primeros asentamientos humanos en el Paleolítico y en las fases prehistóricas siguientes como el Neolítico, el Calcolítico y la Edad del Bronce. Se establece por algunos autores que en la cercanía de Alcalá es probable que sobrevivieran los últimos Neanderthales. En la época romana parece que ya existió una primera presencia en el cerro de la Mota de esta civilización, en lo que sería Sucaelo, término asociado a Alcalá la Real. Ya a partir del siglo VIII de nuestra era se produce la conquista musulmana, los árabes bautizan por primera vez a Alcalá: قلعة بني زيد Qal`at Banī Zayd, esto es, "fortaleza de los Beni Zayd o hijos de Zayd", o, abreviadamente, القلعة Al-Qal`a, la fortaleza. Una de las cosas que llama la atención al visitante es la red de atalayas que circunscribe la ciudad y que son también de esta primera época musulmana.


Su fecha data entre los años finales del novecientos cristiano, en época del reinado de al-Hakam II (961-976). Su utilidad, la de estas torres de atalaya, era avisar de cuando llegaban los normandos por estas tierras cual bárbaros aniquilando y quemándolo todo lo que encontraban por el camino, ¡nuestros queridos europeos del Norte! Hoy día todavía se pueden ver doce torres de las quince que llegaron a existir. La Mota con el tiempo, por el comienzo del primer milenio se llega a convertir en una de las fortalezas más importantes de Al-Andalus, bajo la familia Banu Said. Posteriormente, tras la disolución del Califato y la escisión del mismo en los Reinos de Taifas, Al-Qal'a se convirtió en una plaza fuerte del reino nazarí, desde la cual se efectuaban numerosas incursiones contra Jaén y otras tierras fronterizas castellanas, hasta que finalmente fue conquistada el 15 de agosto de 1341 por Alfonso XI de Castilla, quien le concedió el título de La Real que desde entonces figura en el topónimo. Alcalá recobra importancia como punto desde el que se prepara el asedio definitivo a Granada, esta importancia se vuelve en su contra cuando precisamente los Reyes Católicos toman la vecina ciudad en 1492 y Alcalá pierde su valor estratégico convirtiéndose en un pueblo más de la comarca, incluso se produce la paulatina migración de la población desde el Cerro de La Mota a las tierras llanas situadas al pie del cerro, en un intento por escapar del ahogo que suponían las murallas y la escasa superficie del cerro, hasta el punto en que el propio Cabildo es trasladado al actual Ayuntamiento en el siglo XVII. Este proceso de abandono de La Mota culminó tras la Guerra de Independencia y la derrota de las fuerzas napoleónicas, que ocuparon la fortaleza de La Mota de 1810 a 1812, abandonándola tras un incendio.
Para ver Alcalá empezaremos por ver el pueblo en sí, de la parte llana, donde se encuentra el Ayuntamiento, diversas iglesias, una fuente medieval que llama la atención por su buena conservación, y numerosas plazas; pero sobre todo destaca de forma contundente el conjunto perimetral de la Mota, del que hemos hablado anteriormente y que durante los últimos años ha sido restaurado, de hecho yo estuve este verano y todavía no habían terminado las obras. En la Mota, y en su Iglesia Mayor Abacial se puede contemplar un espectáculo de luz y sonido que permite reproducir la historia de Alcalá, la historia de la vida en la frontera.

Y bueno no se puede ir de Alcalá la Real sin probar las "papas Zacatín" del amigo Juande, que tiene un buen restaurante con un hotelito pequeñito pero con encanto, bien situado en el centro de la ciudad (consultar su web).

Papas Zacatín

Las papas Zacatín llevan, claro está patatas fritas (tipo chips), y encima se reparte una mezcla de huevos, ajos fritos, el aceite de los huevos, un chorreoncito de vinagre de Jerez y pimentón. La mezcla excelente. Abajo una foto de grupo en Zacatín.

Pau, Jose y la family

Para finalizar os coloco aquí un vídeo muy bonito de Alcalá realizado dentro de la serie de "Andalucía de cine" de Canal Sur. Bueno... no se olviden del Festival ETNOSUR que se celebra todos los veranos en Alcalá y que cada vez tiene más éxito.


Fuente: Wikipedia, Guía de Alcalá, Web del Festival ETNOSUR.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Gracias por tu arte y sentimiento.

Nos esperan unas 'papas zacatín'. Espero que pronto las podamos disfrutar todos juntos. Besos.