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Una noche en... un monasterio budista (Namo Buddah)

Namo Buddah

Visitar Namo Buddah es sobre todo llegar a un lugar hermoso. No hay necesidad de exagerar esto basta con ver las fotos o el vídeo que he preparado con el resto de las imágenes. El lugar rebosa de tranquilidad y pureza, su entorno limpio, sin contaminación, y el aire natural dulce, fresco ¡una pasada! También es el lugar adecuado para la meditación y la práctica de la oración, cosa que no va con nosotros pero que respetamos, obviamente.


De hecho en la mañana al despertar, se puede ver un hermoso amanecer y el deambular de los monjes, muchos de ellos niños camino del templo. Y por la noche se puede ver una maravillosa puesta de sol, las nevadas montañas del Himalaya. Desde el punto de vista budista, Namo Buddah es uno de los lugares religiosos más importantes de Nepal. Hay tres principales sitios de peregrinación budista: la estupa de Buddha, estupa Swayambhunath y Namo Buddah. Más abajo os contaré el por qué es sagrado este lugar...

Al fondo el Everest aunque no se aprecia muy bien
La serenidad lo invade todo junto al verde de las montañas y los tonos rojizos y dorados del Monasterio

Nosotros cuando programamos el viaje a Nepal vimos la posibilidad de pernoctar al menos una noche en un monasterio tibetano. Los tibetanos exiliados en Nepal tienen un complejo en Namo Buddah que es bastante nuevo, está construído en el lugar sagrado donde Buda dió su cuerpo a una tigresa, pero de esta historia hablaremos después. No somos budistas, ni si quiera religiosos, pero como experiencia mereció la pena, levantarse a las cinco de la mañana y acompañarlos en sus rezos, el ritual del templo, y el entorno de montaña. Todo además tirado de precio, al final del post os doy más datos.



La historia antigua de Namo Buddah

Aqui Buddah se corta un trozo de carne para dárselo al animalito 😳
Aquí se ve al fondo el grabado en madera

La historia de este moderno monasterio está basado en un bajorrelieve muy antiguo en el que se representa al príncipe Buda dando de comer a una tigresa "atormentada por el hambre", pero no le da cualquier comida sino parte de su propia pierna, se corta un "cachito" y se lo da ¡qué cosas! Os cuento el cuento (lo he traducido del inglés de una referencia en la web del monasterio), valga la redundancia (arriba tenéis las fotos del lugar):

En un pasado lejano, dice la leyenda, que vivía un rey (Maharatha) que gobernaba un reino pequeño donde todos sus súbditos disfrutaban de la felicidad y el bienestar, las lluvias llegaban en el momento adecuado mientras que los cultivos y el ganado prosperaba. El rey tenía tres hijos, los dos hijos mayores lo ayudaban en el gobierno del reino. Desde sus primeros años, el hijo menor era muy inteligente y dotado de una extraordinaria bondad y compasión. Un día, cuando hacía buen tiempo, el rey junto con su reina, los hijos, y los ministros salieron de la ciudad. El rey y la reina montaron en un elefante mientras que los hijos, ministros y séquito iban en hermosos caballos. Después del paseo de medio día llegaron a un lugar densamente arbolado, un bosque con cantos de pájaros y un tapiz de flores, todo muy bello. El rey se mostró satisfecho con el paisaje y ordenó un gran campamento. Los sirvientes inmediatamente desempaquetaron todo, pusieron las tiendas de campaña; se afanaban por preparar una variedad de alimentos y ofrecían té y licor a todos. A continuación, los jóvenes comenzaron a cantar, bailar y jugar, transformando el campamento en un reino celestial. El rey, la reina y los ministros veían el espectáculo mientras disfrutaban de una comida copiosa acompañada de vino y sake.
A continuación, los tres príncipes, cogieron sus arcos y flechas y se dirigieron al bosque. Mientras caminaban, vieron una cueva en el bosque. Se arrastraron hasta él y vieron dentro una tigresa que dormía junto a sus cachorros. Los dos hijos mayores pusieron flechas en sus arcos, preparándose para matar al tigre, pero el menor se lo impidió a sus dos hermanos, convenciéndoles que lo que iban a hacer no era bueno. De pronto notaron que la tigresa no se podía mover porque había dado a luz y temía que si se iba a buscar comida, otro animal pudiera dañar sus cachorros. Atormentada por el hambre, se tendió en el suelo, incapaz siquiera de levantar la cabeza. Este príncipe se conmovió y brotaron las lágrimas de compasión que surgían de lo más profundo de su corazón. Preguntó a sus hermanos sobre el tipo de carne que comía la tigresa y sus cachorros, y ellos le respondieron que el tigre rojo indio solo comía la carne y la sangre caliente de una muerte reciente, por lo que si quería ayudarla a ella y a los cachorros, debía encontrar carne y hueso que estuviesen frescos.El príncipe bueno pensó por un momento: "Es cierto, para salvar a la tigresa y sus cachorros, la carne y la sangre caliente son necesarias. Pero entonces tendré que matar a otro ser vivo, y eso significaría matar a uno para salvar a otro. ¿Qué más puedo hacer?" Pensó un rato, y no encontró una solución. Entonces sus hermanos dijeron: "Hemos venido aquí a pasar a divertirnos. No tiene sentido preocuparse por esa tigresa y sus cachorros. Es hora de volver a donde están nuestros padres. Mientras seguía a sus hermanos de vuelta al campamento, él pensó: "Durante mucho tiempo, he desperdiciado mi vida, pocas veces he conocido a una oportunidad de acumular méritos: ¿qué utilidad real tiene este cuerpo, si no fuera por el Dharma?". Por fin se decidió: "Esta vez tengo que ser realmente generoso". No se había ido muy lejos cuando le dijo a sus hermanos, que siguieran que él tenía algo que cuidar y luego volvería. Tomó el camino a la guarida del tigre con apresurando paso. Cuando encontró la tigresa colapsado, estaba tan exhausta que ni siquiera podía abrir la boca. El príncipe bueno extendió la mano para tocarle la cara, pero ella estaba tan debilitado que ni siquiera podía desnudar sus colmillos. Así que el príncipe con una astilla de un árbol cercano se cortó su cuerpo para extraer la sangre, dejando que la tigresa le lamiera. No mucho tiempo después, abrió sus fauces y se levantó. Con un rugido, se abalanzó sobre el príncipe y le devoró.Los dos hermanos esperaron mucho tiempo, pero el joven príncipe no vino, por lo que se pusieron en su búsqueda. Al reflexionar sobre lo que había dicho antes, no tenían ninguna duda de que había regresado a la guarida del tigre. Cuando llegaron y miraron en su interior, ya no quedaba nada de su hermano, solo la sangre, los huesos, las uñas y pedazos de su ropa. La tigresa lo había consumido. Al ver esto, los dos hermanos cayeron, perdieron el conocimiento. Cuando recuperaron sus sentidos, los dos reunieron los pedazos de ropa de su hermano y, sollozando, con profunda tristeza, partieron para el campamento de los padres.Durante este tiempo, la reina estaba tomando la siesta y en un sueño vio a tres palomas volando alto, en el cielo, a medida que revoloteaban un halcón se avalanzó y se llevó la más pequeña. Despertó del sueño con en el terror, la reina inmediatamente relató su sueño al rey. Él le respondió al escuchar su historia, que creía que las tres palomas eran sus tres hijos. Y que el más joven de ellos, era el que había sido llevado por el halcón, "¡mi hijo más querido!". "Estoy seguro de que algo terrible le ha sucedido". El rey inmediatamente envió a sus siervos a buscar por todas partes a su hijo. Pronto, los dos príncipes llegaron y el rey les preguntó: "¿Sabía que algo malo sucedería con mi hijo amado? ¿Tienen alguna noticia?". Ahogados por la tristeza, los dos eran incapaces de hablar ni si quiera respirar por un tiempo. Finalmente, uno de ellos suspiró profundamente y le dijo a sus padres que la tigresa había comido al hermano, el príncipe bueno, el príncipe más joven y querido. Al escuchar esta terrible noticia, la reina se desmayó inmediatamente. El rey también estaba abrumado con una inmensa tristeza y atormentado por el dolor. Después de un tiempo largo y con suspiros profundos, los dos príncipes, el rey, y la reina se apresuraron hacia el lugar donde el joven príncipe había muerto. Cuando llegaron a la apertura de la cueva, lo que sus ojos se encontraron fueron los huesos y riachuelos de sangre que dejó la tigresa. La reina retrocedió, presa de sollozos, y no se recuperó por un tiempo largo.Mientras tanto, el príncipe había renacido. Se preguntó: "¿Qué tengo que hacer para volver a nacer aquí, en el reino celestial de Tushita?" A través de su ojo divino, vió como sus padres y dos hermanos se reunieron alrededor de los fragmentos de hueso que había dejado y vió como ellos estaban hundidos en lamentaciones y completamente abatidos. Pensó el príncipe: "Mis padres están experimentando infelicidad, tanta que podría poner en peligro sus propias vidas. Para aligerar el dolor, voy a ir a hablar con ellos", y descendió desde el espacio hacia el Cielo Alto y pronunció unas palabras de aliento para consolar a sus padres: "Soy el príncipe. Después de dar a mi cuerpo en generosidad a la tigresa hambrienta, volví a nacer en el reino celestial de Tushita". Con lágrimas en los ojos, el rey y la reina dijeron: "Hijo, tú que ofrecistes tu cuerpo a la tigresa eres ciertamente el más digno de alabanza. Pero ¿a quién podemos decir de nuestro sufrimiento?" Él le respondió: "Por favor, no seas infeliz. Si se realizan malas acciones, caerás en los reinos infernales, pero si realizan acciones virtuosas, renaceremos en los reinos superiores. Por lo tanto, perseguid la virtud. Hacer plegarias y en la otra vida, definitivamente, se reuniréis en un reino celestial". Después de unas cuantas palabras más, desapareció. El rey y la reina quedaron un poco más felices y se comprometieron a realizar una vida virtuosa. Ellos crearon un pequeño ataúd cubierto con siete tipos de joyas en la que pusieron los huesos de su hijo y una stupa fue construida sobre el lugar en el que fue enterrado.

Por todo esto Namo Buda es un importante sitio de peregrinación budista de Nepal, y una de las tres stupas principales del valle de Katmandú. El rey de la leyenda es Maharatha y el príncipe era Mahasattva, una de las encarnaciones anteriores de Buda Shakyamuni. La estupa fue construida sobre los huesos y el cabello del príncipe Mahasattva, a unos 40 km al SE de Katmandú. Según la tradición oral, este es el lugar real donde el Buda dio su cuerpo, por eso aquí se construyó el moderno Monasterio Namo Buddah (Homenaje a Buda). Aquí, los peregrinos se acuestan en el suelo como si dieran también sus cuerpos, el pelo,... trozos de tela se cuelgan de las ramas de los árboles como símbolo de protección.

+info: Aquí tenéis un vídeo sobre esa historia.
 
¿Cómo llegar a Namo Buddah?

Namo Buddah está a 40 kilómetros del centro de la ciudad de Katmandú. Está en el Distrito Kavre en el sureste del valle. Puedes tomar un autobús local, piénsate para esos kilómetros 3 a 4 horas, ¡sí! no me equivoco, Nepal es así, y sus carreteras, y los autobuses van como el de abajo de la foto, por ejemplo, con su overbooking y su particular aire acondicionado, jajajaja... piensa en múltiples y variadas subestaciones. También puedes optar por la opción "aburguesada" y apropiada para los que hemos superado unos añitos, cogerte un vehículo con guía o un simple taxi desde Katmandú, en estos caso se limitará a 2 horas. Puede costarte unas dos mil rupias nepalíes para la ida y otras para la vuelta.

Overbooking en un autobús local

Si después de ver la foto sigues con la idea del autobús local desde Katmandú, primero debes ir a Ratna Park (la "vieja" Estación de autobuses que es como se conoce). Coge un billete a Banepa. El autobús pasa por Koteshow, Bhaktapur y, finalmente, llega a Banepa. De Banepa tienes que cambiar de autobús. Hay un mostrador de Namo Buddah, entonces optas por un autobús que sube a Dhapcha pasa a través de Namo Buddah, y sigue hasta la estación de autobuses de Dhulikhel. Los más valientes pueden hacerse una caminata desde Banepa pasando por Panauti y Sangkhu.

Alojarse en Namo Buda

Hay dos casas de huéspedes en el monasterio de Tashi Yangtse Thrangu, una es más básica y la otra es un poco más cómoda. La pensión básica dispone de habitaciones individuales y dobles. Son tranquilas, y a los huéspedes que se alojan se le ofrecen las mismas comidas que a los monjes. El costo es de 400 o de 800 rupias nepalíes por huesped, vamos tirado de precio aunque eligas la mejor. Aquí en las fotos véis los dormitorios espartanos, minicolchoncito sobre una madera y el desayuno que nos dieron unas tortitas fritas que estaban muy buenas.

Dormitorio para "huéspedes"
Desayuno tibetano


¡Hasta la próxima...!




 

Comentarios

Verónica Paz ha dicho que…
Que lugar mas bonito! y sin duda la experiencia tiene que ser preciosa!!!

La historia me recuerda a un cuento Japonés. Te suena el conejo de la luna? (bueno de hecho esa leyenda aparece en mas culturas)
http://en.wikipedia.org/wiki/Moon_rabbit
M. Teresa ha dicho que…
El lugar es una maravilla! Últimamente me ha dado por los monasterios... en poco tiempo he dormido en dos (Rila en Bulgaria y Món Sant Benet)y tengo previstos dos más antes del verano.
Me gusta la espiritualidad que se respira y la tranquilidad, independientemente de que sean monasterios ortodoxos, benedictinos o budistas... todos sin excepción están ubicados en lugares ideales.

Si alguna vez vuelvo a Nepal, no me perderé Namu Buda.

Un abrazo
Caliope ha dicho que…
Vaya experiencia! El lugar sin dudas es una maravilla, las fotos preciosas y estar allí debe ser increible. Visto el bus creo que iría en taxi, que una ya no tiene 20 años, jajaja. Si voy por Nepal sin dudas intentaré pasar una noche en este monasterio. Un saludito.
VagaMundos ha dicho que…
Que grande experiencia Pablo. Este ano vamos passar pelo Nepal e quem sabe não fazemos o mesmo!
Saludos