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San Millán de la Cogolla

Primeras anotaciones en castellano, ...y en euskera

San Millán de la Cogolla es una de las poblaciones más importantes de España en relación a la lengua castellana, aunque también con relación a la lengua vasca. El municipio que toma su nombre del Santo Millán (evolución del latín Æmilianus o quizás Emiliano), que fue un señor un poco especial, creador en la zona de la actual Rioja de una comunidad de eremitas. Aquí hay dos monasterios famosos, aunque yo solo visité uno, el de Yuso, existe otro que es el de Suso, más antiguo, pero que por logística (había que reservar la visita con antelación) no pudimos visitar. Este lugar con el tiempo se convertiría en plena Edad Media en uno de los centros culturales más importantes de Europa.

Glosas Emilianenses
Primeras frases en lengua vasca

En el pueblo hasta el año 1542 existía en el actual San Millán de la Cogolla de una pequeña iglesia llamada de San Jorge, donde estaba enterrada Santa Potamia, una santa de España muerta alrededor de 597 y discípula del anacoreta Emiliano. Esta ermita era muy antigua del siglo XII, y se conserva y se puede ver cuando accedemos por la carretera junto al Río Cárdenas.

El pueblo de San Millán tiene cuatro partes importantes y diferenciadas entre sí, a modo como de cuatro barrios: Santurde, la parte más antigua pero que tras la construcción del Monasterio de Yuso, el pueblo se fue extendiendo hacia él formando otro barrio, denominado Barrionuevo, que en la actualidad ocupa la práctica totalidad de la localidad; luego está el Prestiño, que circunda el Monasterio de Yuso en su parte norte y este, con el antiguo hospital del Monasterio; y finalmente el barrio más apartado llamado Lugar del Río, aguas arriba del río Cárdenas, más montañoso.


Zona de influencia de San Millán de la Cogolla donde se observa el gran patrimonio arquitectónico fundamentalmente románico.

Monasterio de Yuso.
 
Fue levantado entre los siglos XVI y XVII, también llamado Monasterio de abajo (bueno de hecho yuso en castellano viejo significa abajo), en contraposición con el pequeño de arriba que es el de Suso. No tiene nada que ver con su predecesor que era pequeño, este Monasterio de Yuso es de grandes proporciones. Fue el centro cultural y religioso de todo lo que hoy es Euskadi, Rioja, Cantabria y parte de Aragón.


Como se puede ver en la foto de arriba, entramos por una puerta barroca del siglo XVII con unas impresionantes columnas corintias y un relieve de San Millán a caballo, pero no se preocupen que por todo el edificio se encontrarán Millanes por todas partes. Esta puerta es del arquitecto Pablo de Basave y del escultor Diego de Lizarraga.
 
En 1997 fue declarado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad

El claustro de la planta baja, obra de Juan Pérez de Solarte en 1549 ¡una maravilla del estilo renacentista con bóvedas góticas!

El Monasterio, Real Monasterio, fue mandado construir en el año 1053 por el rey navarro García Sánchez III de Navarra, conocido por el pseudónimo del "de Nájera", localidad cercana a San Millán. Como se pueden imaginar toda la historia de esta población gira en torno al santo, a San Millán, y a sus supuestos milagros y las idas y venidas de fieles al lugar en plena Edad Media. Este señor era un joven pastor que se hace ermitaño, como tantos y le debió ir bien para la salud porque aguantó hasta los 101 años, según dicen, que esto habría que verlo en aquella época, pero bueno, la cosa es que su enterramiento en una cueva da "vidilla" a la comarca y empieza a venir gente de todos sitios a rezar en la sepultura del anacoreta. Tanto llega la gente a la cueva que en torno a ella se levanta un primer monasterio (el de Suso -arriba-) pequeñito, románico. Se le empiezan a colgar del santo una serie de apariciones como la que hace en la batalla de Simancas, por supuesto, en defensa de los cristianos. Por todos estos "méritos" es nombrado patrón de Castilla. Incluso cuando se unifica Castilla y León hay una pugna para ver quién es el patrón de España, si Santiago o San Millán, y este último pierde pero se queda como patrón de Castilla y co-patrón de España. Cuando se funda el Monasterio de abajo, más grande y más apropiado para que estén allí los restos del santo, la anecdota es que en mayo de 1053 se llevan sus restos del Santo en una carreta tirada por bueyes, con el cabreo de los monjes y, chan-ta-ta-chán... cerca del río, los bueyes se paran y no hay forma de hacerlos avanzar ¡milagros! El rey y toda la comitiva que iba acompañando a San Millán resisten del traslado. Coexistieron los dos monasterios, el pequeñito de arriba, y el grande de abajo, Yuso. El primero fiel a la tradición mozárabe con doble comunidad masculina y femenina; el segundo más aburrido solo de monjes según la moda benedictina. Desde el siglo XII sólo hay una comunidad de monjes, la benedictina, en el Monasterio de Yuso. Esta es un poco la historia. (Más en Wikipedia)
 

Entre Napoleón y Mendizabal, con la amortización, fueron expulsados los monjes y luego se subastaron públicamente mucho patrimonio del Monasterio. Yuso llegó a permanecer abandonado durante diferentes periodos del siglo XIX, ocupados provisionalmente pro misioneros franciscanos y por los frailes de la Orden de Agustinos Recoletos como casa destinada a la formación de los misioneros destinados a Filipinas.

La Sillería del coro es del flamenco, Matero Frabricio, tiene un retablo con pinturas de fray Juan Ricci

El monasterio aunque fue construído en estilo románico, el que correspondía a la época fue levantado de nuevo con un estilo renacentista, lo que en España se llamó herreriano, como el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, que es quizás más conocido por todos. Algunos lo llaman "manierismo clasicista" y en España está representado en el reinado de Felipe II.
 


Las cuatro estaciones

La arquitectura de este estilo está marcada por el rigor geométrico, la relación matemática entre los distintos elementos arquitectónicos, no muy recargado, sin una excesiva decoración. Aunque en el caso del Monasterio de Yuso si que hay salas muy ornamentadas como la de arriba de las cuatro estaciones.


El nacimiento de la lengua castellana.

Obviamente una lengua es evolución de otras, y la lengua castellana son evoluciones a lo largo de muchos siglos del latín, pero si se dice que aquí nació la lengua castellana o española es porque en el monasterio de San Millán, en el siglo XI, un monje da el salto a la escritura, se atreve a escribir palabras y frases de la lengua que empleaba el pueblo (romance hispánico) y lo hace con una intención literaria. Esas palabras son las célebres Glosas Emilianenses. Curiosamente en el mismo códice encontramos también las primeras palabras escritas en vascuence, es el primer euskera escrito, recordemos que el País Vasco está a menos de cien kilómetros de aquí. Hoy día no están aquí, pero al menos en el llamado Salón de los Reyes se encuentran las lápidas conmemorativas del milenario de la lengua castellana y vasca, así como una reproducción facsímil del Códice 60.
 

La polémica surgió en el año 2010, cuando la Real Academia Española avaló los cartularios de Valpuesta, escritos en una lengua latina como los primeros documentos en los que aparecen palabras escritas en castellano, anteriores a las Glosas Emilianenses. Para algunos las glosas no están escritas en un castellano antiguo, sino en navarro-aragonés en su variedad riojana. Les dejo a ustedes que elijan y decidan.
 

Además de otros códices la Biblioteca del Monasterio alberga un patrimonio bibliográfico impresionante, destacan los cantorales del siglo XVII, 30 libros gigantes (ver las fotos de arriba), que pesan más de cincuenta kilos y están hechos a mano, la guía dice que para la piel de pergamino se utilizaron unas dos mil vacas ¿...? Además hay un Archivo y una biblioteca monástica con cientos de documentos originales y de libros antiguos.
 
El arca relicario con los restos de San Millán

En esta época las iglesias, los monjes basaban la importancia de una abadía o un monasterio en cuántos huesos tenía de cuantos más santos mejor, por eso lo del relicario de San Millán era fundamental. Al final a pesar del milagro de los bueyes que contamos arriba, los huesos terminaron aquí en Yuso. En este caso era el santo fundador, por ello se hace un pedazo de arca, de gran valor a comienzos del siglo XI. Aquí no se escatima en riquezas: láminas de oro, plata, piedras preciosas y tarjetas de marfil. Además del arca de San Millán está la de San Felices. Pero llegan los soldados de Napoleón y arrancan las placas de oro y piedras preciosas. Hasta 1944 no se restaura el arca y se vuelven a poner, eso sí, las veinticuatro tarjetas de marfil del arca relicario, once a cada lado del arca, del siglo XI, originales que se conservaba aún y que no se llevaron los franceses. De ahí la importancia de estos marfiles, espero que mis fotos puedan dar una idea.
 
Detalles del arca de marfil del osario de San Millán

Y bueno esto es todo, espero les haya interesado y que vuelvan por aquí y si pueden incluso reserven con tiempo para ver también el Monasterio de Suso, el pequeñito de arriba, que seguro que también será muy interesante como este. Saludos viajeros !!!

Comentarios

María - nubesviajeras ha dicho que…
Qué curiosa la anécdota del Santo y los bueyes cuando lo llevaban de un monasterio al otro!! La verdad que son una maravilla esos ejemplares antiguos que tiene la Biblioteca! Gracias por enseñárnoslo! Un saludo ;)
jordi (milviatges) ha dicho que…
Me han traído muy buenos recuerdos estas lineas. tuve la oportunidad de visitar la zona junto a mi padre, hace más de 12 años, a los pocos meses se fallecer mi madre. Fue un viaje que jamás olvidaré. Y esta zona, fue especialmente maravillosa.
Anden27 ha dicho que…
Un post muy interesante y con muy buena información. Lo tengo bastante cerca de casa y no estaba entre mis planes visitarlo, pero que sepas que me han entrado un ganas locas!!!
GranPumuki ha dicho que…
¿Que montón de historia hay encerrada aquí?
Muchas gracias por descubrírmelo
Saludos