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Monasterio de Sta. María La Real de Las Huelgas

El monasterio de las Huelgas es un monasterio de monjas cistercienses de San Bernardo, fundado en el año de 1187 por el rey Alfonso VIII de Castilla y su esposa Leonor de Plantagenet

Está situado a las afueras de Burgos, algo retirado del río Arlanzón, hoy día se puede ir en bus (línea 7) desde el centro, y hay fácil aparcamiento, pero en su momento este terreno estaba ocupado por prados y era conocido como «Las Huelgas», que era la forma en que se denominaba al terreno de cultivo no trabajado y dedicado a pastos. Es, por supuesto, Monumento histórico-artístico y forma parte del Tesoro Artístico Nacional desde la Segunda República. La web de Patrimonio Nacional indica que es el principal monasterio cisterciense femenino en España y cabeza de todos los que se implantaron en la corona de Castilla. Una iglesia, claustros, capillas y jardines forman un excepcional ejemplo del arte mudéjar en este conjunto monástico románico. Entre batalla y batalla contra los almohades, aquí se nombraba caballeros a futuros reyes, se les coronaba y también se les enterraba. Se trata del Monasterio de Santa María la Real de las Huelgas. Menos lunes y días concretos por celebraciones, el monasterio está abierto todos los días, la entrada es de 8€ (2024) y hay acceso gratuito los miércoles y jueves de 16:00 a 18:30 horas.

Acceso a la visita para la compra de los tickets (a la derecha)
Plaza interior del monasterio

Las Huelgas era un lugar de paso del Camino de Santiago. Antes de que el rey Alfonso VIII se decidiera por esta ubicación, había un pequeño palacete, del cual aún se conservan algunos restos. La abadía Santa María de Císter (Cîteaux) les otorgó el derecho a instituirse como «madre de todas las iglesias» (matrem ecclesiam) equiparándose así al gran monasterio francés de Fontevrault. Por ello se convirtió definitivamente en casa madre de los monasterios femeninos del reino de Castilla y de León.

Carta fundacional (1187) del Monasterio de Sta. María La Real de Las Huelgas
Ejemplo de yesería mudéjar

Las primeras monjas llegaron desde Navarra. Las abadesas eran muy importantes y tenían mucho poder, de hecho las dos primeras abadesas fueron infantas, hija de los reyes fundadores. Tenían tal autonomía que sólo dependiendo del papa. Era dueña de un señorío material, de más de cincuenta villas, tierras, molinos, además de exenciones fiscales y también de un señorío jurídico, tenía su propio fuero, cuyas leyes en el tema civil y criminal dirigía y vigilaba la abadesa. Podían nombrar alcaldes y ejercían su jurisdicción sobre otros monasterios. Así se mantuvo el monasterio y su abadesa hasta el siglo XIX.

Comenzamos la visita entrando por este pasillo 



Uno de los motivos del rey Alfonso VIII al promover este monasterio fue convertirlo en panteón de reyes, por eso en toda la iglesia pueden verse bastantes sepulcros de la familia real, unos más artísticos y otros menos. La mayoría fueron saqueados por las tropas napoleónicas cuando la Guerra de la Independencia.

Sepulcro del infante Fernando de la Cerda (1255-1275), hijo primogénito del rey Alfonso X el Sabio, le llamaban con el mote de «el de la Cerda» porque nació con un lunar peludo, como una cerda o crin 
Sarcófago de Alfonso de la Cerda «el Desheredado» (1270-1333), el hijo mayor del de arriba, que también heredó el «apellido de la cerda» y con él todos los que así se llaman


Pintura mural de Pedro de Camargo
Representa la batalla de las Navas de Tolosa



Como puede verse, hay numerosos retablos y obras de arte que pueden contemplarse en la visita guiada.




El monasterio tenía una iglesia mudéjar, parcialmente conservada en la actual capilla de finales del siglo XII, llamada de la Asunción, de estilo almohade en estuco y ladrillo por alarifes mudéjares, que podría ser la cabecera del primitivo templo del monasterio. Es de planta cuadrada aunque su bóveda es octogonal. Los sepulcros de los fundadores estuvieron en esta capilla desde su muerte hasta que luego fueron trasladados a medida que la iglesia actual se ampliaba. junto al cual contrasta el claustro románico conocido como “las Claustrillas”. Consta de doce arcos en columnas dobles, con capiteles vegetales. En el siglo XIII el monasterio pasó al estilo gótico aunque de manera sobria al estilo de la orden cisterciense.


Las imágenes de arriba son de la capilla de la Asunción.


Esta figura es muy curiosa: Santiago «del Espaldarazo»; se utilizaba para armar caballeros a los reyes, como otro caballero súbdito del monarca no podía hacerlo, sólo un superior podía armarlo, así crearon esta especie de muñeco articulado que movía la espada y el rey se quedaba tan contento armado caballero
Las Claustrillas, de planta rectangular, las monjas lo utilizaron para su propio recreo y meditación
Cada lado presenta doce arcos que se apoyan sobre columnas pareadas con capiteles alargados, entre románicos y góticos, con ornamentación vegetal

Finalmente la visita se completa con un museo de telas medievales que se encuentra en lo que fue el granero monacal. Hay piezas únicas, joyas tan valiosas como el auténtico pendón de las Navas de Tolosa, con técnica de tapiz, con seda e hilos entorchados de oro.

Pendón de la batalla de las Navas de Tolosa del siglo XIII
Desde el monasterio me despido hasta la próxima entrada

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