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La catedral de… Monreale

El Cristo Pantocrator domina el interior de la catedral desde el ábside

La Catedral de Monreale de Santa María la Nueva es uno de los lugares más visitados de Sicilia, además de ser parte del itinerario árabe-normando de Palermo y de las catedrales de Cefalú y Monreale, que es Patrimonio Mundial de la UNESCO. Se trata de un templo espectacular por los mosaicos bizantinos. Se construyó en el siglo XII por orden de Guillermo II, rey de Sicilia. Con la invasión de los sarracenos la catedral metropolitana se transformó en una gran mezquita. Por cierto a los cinéfilos, la catedral les sonará a la película de Franco Zeffirelli de 1971, Hermano Sol, Hermana Luna.

La leyenda

Guillermo II el Bueno, se quedó dormido bajo un algarrobo, vencido por el cansancio, mientras cazaba en los bosques de Monreale. En un sueño, la Virgen, a la que era muy devoto, se le apareció y le reveló un secreto: «En el lugar donde duermes está escondido el mayor tesoro del mundo: desentiérralo y construye un templo en mi honor». Dichas estas palabras, la Virgen desapareció y Guillermo, confiado en la revelación del sueño, ordenó arrancar el algarrobo y cavar a su alrededor. Para sorpresa de todos, se descubrió un tesoro de monedas de oro que se utilizaron inmediatamente para la construcción de la Catedral de Monreale, para la cual fueron llamados los mejores maestros del mosaico greco-bizantinos.

Las puertas de la catedral

Las puertas de bronce fueron realizadas hacia 1185 por Barisano da Trani.


Las fachadas exteriores

El edificio sigue el modelo de las grandes basílicas benedictinas de origen cluniacense. La fachada, que da a una plaza cuadrangular. El lado izquierdo sin embargo es de estilo renacentista.

La entrada, entre dos campanarios, está precedida por el pórtico del siglo XVIII, de estilo barroco, que se abre al exterior con tres arcos de medio punto apoyados sobre columnas toscanas, puede verse el timpano triangular que remata esa parte de la catedral con una ventana ojival 
Piazza Vittorio Emanuele
Los españoles en el siglo XVI construyeton el pórtico en estilo renacentista, cubierto con bóveda de crucería y abierto al exterior con once arcos de medio punto que descansan sobre columnas corintias 
Torre del reloj


Interior de la catedral

El amplio interior de la catedral tiene planta de cruz latina con tres naves y un crucero. El presbiterio, elevado unos escalones sobre el resto del nivel del suelo de la iglesia, ocupa toda la superficie del crucero. Sobre el ábside, de trece por siete metros, destaca con grandiosidad y austeridad el busto de Cristo Pantocrátor, vestido con una túnica roja y dorada, que son los colores de la realeza, y una estola dorada y está envuelto en un manto azul, el color de la divinidad. La mano derecha hace un gesto de bendición griega. El evangelio que muestra abierto, es según San Juan, escrito en griego antiguo en la página derecha y en latín en la izquierda: «Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida».


Presbiterio con Cristo Pantocrátor, debajo está la Virgen María con el Niño y una serie de arcángeles, y apóstoles con una fila de santos alineados en dos registros, a lo largo de la parte central del ábside
El altar mayor es una obra de plata de 1771, de estilo barroco, realizado por Luigi Valadier

Sin duda, lo más vistoso de la catedral, son los mosaicos bizantinos con fondo dorado, realizados entre los siglos XII y mediados del XIII. Cubren el interior de la catedral cuyo objetivo era político, el de Guillermo II, de crear un complejo artístico sin precedentes que pudiera mostrar la magnificencia alcanzada por la ciudad durante el periodo de dominación normanda. Los mosaicos se encuentran en los muros del crucero y de la nave central. 


Las naves, rematadas cada una por un ábside semicircular, están divididas por dos filas de 9 columnas corintias de granito. Los techos presentan vigas vistas y pintadas con estilo árabe en el crucero.



El órgano de tubos es reciente, fue construido entre 1957 y 1967 por los Hermanos Ruffatti de Padua. El instrumento está formado por 121 registros para algo más de 7.000 tubos divididos en tres cuerpos sonoros.




En los mosaicos se encuentran los episodios del Antiguo y Nuevo Testamento con diversos episodios bíblicos desde los siete días de la creación (en el extremo oriental del muro derecho), hasta la fundación de la Iglesia por medio los Apóstoles. El crucero, en cambio, representa la vida de Cristo: el cuerpo central dedicado a su infancia, los brazos derecho e izquierdo a su vida y pasión, con la Ascensión y Pentecostés. Parece que Palermo y Monreale tuvieron siempre una cierta rivalidad sobre la belleza de sus mosaicos.

Os dejo una especie de collage de diferentes tomas de los mosaicos de las paredes de la catedral.


Capillas

Capilla de la Madonna del Popolo
Capilla del Santísimo Sacramento
Capilla de San Juan Bautista
Santa Maria Nuova en la capilla de San Benedetto

Sin duda Monreale tiene en su catedral el reclamo del turismo, de hecho hay grandes colas para entrar y comprar el ticket. También hay muchos grupos que cuando llegan en autobús colapsan la entrada. Pero es lo que hay, si quieres ver algo que quieren verlo muchos, toca esperar. Espero que les hayan gustado, sobre todo, los maravillosos y espectaculares mosaicos dorados.

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Desde la Trattoria Peppino les dejo... ¡hasta la próxima entrada!

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