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Lois es una localidad del municipio de Crémenes, en la provincia de León |
Aunque hoy sea más conocido Lois en el recuerdo de unos pantalones vaqueros, la villa de Lois fue en su tiempo una villa señorial, rica, poblada e importante, escondida en la Montaña Oriental Leonesa a mil doscientos metros de altitud, junto al río Dueñas y con una iglesia desproporcionada para lo que hoy no son más que veintiocho habitantes, eso sí con un importante patrimonio, desde esa imponente Catedral de la Montaña o importantes casas nobles y una... ¡Cátedra de Latín!
Se remonta como población, con ese nombre, en el siglo X, esto no quiere decir que no hubiese ya asentamientos, especialmente celtas, en una ciudad celta cuya ubicación se desconoce que se llamaba Vadinia. Los vadinienses fueron una tribu cántabra mencionada por los clásicos romanos en sus escritos, que combatió ferozmente en las Guerras Cántabras contra los invasores romanos, aunque al final después de grandes sacrificios aceptaron su dominio. En esta zona hay muchos testimonios de lápidas funerarias de los siglos II al IV de guerreros vadinienses pero ya romanizados. El nombre de Lois proviene de Loides, una toponimia prerromana.
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Lápida vadiniense en el Museo de Sabero |
Pero dejemos la historia de este enigmático pueblo, citado por Ptolomeo en su Geographica (II, 6, 50) para volver a Lois, al pueblo de Lois, que, como decía al principio, no es una marca de pantalones. 😃
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Logo súper conocido de la marca de pantalones |
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A la entrada a la ciudad hay un pequeño parking a la izquierda de ese cartel |
Llegamos desde Sabero por carretera de montaña, bastante "estrechita", pero recorriendo unos pocos kilómetros, no muchos, de bonitos bosques de haya y roble. Afortunadamente dimos con una chica que hacía de guía los veranos (julio 2024), muy simpática, aunque ella estudiaba y vivía en Barcelona el resto del tiempo, que nos contó un poco la historia de lo que fue y lo "vaciada" que está hoy toda la zona, especialmente cuando llega el duro invierno. Hay, de hecho, una oficina de información de la junta vecinal y un recorrido que os vamos a contar. El primer sitio a visitar fue donde se encuentra este oficina, en lo que se conoce como la Casa del Humo.
Casa del Humo
Esta casa tiene un alto valor etnográfico porque nos hace ver cómo era la dura vida de la montaña. Esta rehabilitada y amueblada de la época. Es un ejemplo extraordinario de la arquitectura tradicional de la Montaña de Riaño y Mampodre. Aquí... ¡no había chimeneas!, la cubierta era de paja y el humo se filtraba a través del techo dando lugar a una capa negra, horrible, que a su paso, funcionaba como un aislante del exterior. En ella puedes, además de revivir la vida tradicional de los lugareños, contemplar una pequeña exposición sobre los usos y costumbres de Lois. Abajo os dejo unas fotos...
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Aquí se puede apreciar la parte superior de las paredes toda negra del humo |
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La casa conserva la forma de vida de los montañeses hasta no hace mucho tiempo |
La Catedral de la Montaña
El edificio que más llama la atención en Lois es precisamente su Catedral de la Montaña, con su inmenso patio pavimentado y cercado con un pretil con asiento corrido. La iglesia de la Natividad de Nuestra Señora es una iglesia parroquial del siglo XVIII que los ricos del pueblo levantaron "cargándose" una pequeña iglesia románica anterior. Tiene, como veis en las fotos de arriba, un amplio atrio con un pórtico con un medallón de la Anunciación y dos grandes torres; es de planta de cruz latina. Fue patrocinada por la familia de los "Castañones", Jerónimo Rodríguez Castañón y sus parientes los obispos Francisco y Juan Manuel Rodríguez Castañón, así como el prelado Antonio Álvarez Acevedo. Verás que tiene un leve color rosa, por la piedra caliza que da sensación de mármol rojo veteado. El arquitecto era ni más ni menos que el maestro mayor de la Catedral de Toledo, un tal Fabián Cabezas. La construcción es de estilo barroco tardío, casi neoclásico. En el interior hay varios retablos, tallas y piezas de orfebrería, que constituye un conjunto importante, como podéis ver abajo en las fotos que pude hacer. La iglesia tiene muy pocas misas ya que el pueblo está muy alejado de todo y sólo se puede visitar si vas con la guía.
El retablo del altar mayor es de estilo rococó de Simón Gavilán, otros retablos acogen a las Santas Águeda y Lucía con los atributos del martirio y la escultura de Santa Catalina. No creáis que la elección fue fortuita, la madre del obispo que levantó la iglesia llevaba esos nombres. Otro retablo guarda las imágenes de San Fabian y San Lorenzo (Lorenzo era el nombre del párroco de la iglesia, todo quedaba en familia). Quizás lo más curioso, en la foto del techo podemos ver cuatro mujeres bíblicas, no es normal ese protagonismo de las mujeres en las catedrales: Rebeca, Ester, Judit y Raquel. Nos contó la guía que en los años ochenta hubo un robo en la iglesia y se llevaron además de joyas de mucho valor un cristo de marfil que sigue en paradero desconocido.
La nobleza y sus casas
Lois en el siglo XVI albergaba a numerosas familias nobles que construyeron allí sus casas, verdaderos palacios. Buena parte de los habitantes de Lois procedían de familias de hidalgos como los Álvarez Reyero y los Rodríguez Castañón, del que ya hemos hablado. Esta concentración de poder en una villa como Lois se acentuó con diversas personalidades influyentes en el ámbito político, militar y eclesiástico, hasta el siglo XIX incluso. Existieron allí cuatro mayorazgos de los que se han heredado soberbias casas: El Palacio de los Castañones (S. XVIII); la casa de los Álvarez, que fundaron el Mayorazgo en 1594; el Palacio de los Álvarez Acevedo, cuyo Mayorazgo fue instituido en 1668; y el suntuoso Palacio de los Álvarez Reyero, con varios blasones junto a inscripción de su fundación en 1795.
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Retrato de Juan Manuel Rodríguez de Castañón que se encuentra en la catedral |
Casa de los Reyero o casa de los mayorales, construida en el año 1794 con sillares de piedra caliza rosada, como la catedral, por el hidalgo Baltasar Álvarez Reyero Acebedo, las sirenas simbolizan su pasado en Las Indias a las órdenes del Virrey del Perú, en Lima (aunque hay otras interpretaciones heráldicas sobre las sirenas). También estuvo en Buenos Aires y llegó a ser el alcalde de la actual ciudad de Sucre en Bolivia y más tarde teniente coronel hasta su vuelta a Lois. Se casó en Asturias y tuvo cinco hijos. La casa es un ejemplo muy bien conservado de casa solariega con cuadras, cobertizos, un molino, paneras y huerta. Incluso se le puso un retrete, poco habitual en esos años.
El escudo es todo un jeroglífico, en el primer cuartel están los indicativos de los Álvarez que muestra quince cuadros, ocho de plata y siete de azur, el segundo cuartel es del apellido Reyero con un león pasante con creciente media luna engolada, el tercero es de los Acevedo, otro apellido, con acebos y lobos, y las llaves del cuarto cuartel corresponden a los Argüelles.
La Cátedra de Latín
En el siglo XVIII, de la mano de los Rodríguez Castañón, se pretendió hacer de Lois un centro cultural. En el folleto que nos dio la guía consta la fundación de una Escuela de Primeras Letras y, como relaté al principio, una novedosa Cátedra de Latín, una cátedra en medio de la montaña que pronto se convirtió en un referente de la villa y un imán de jóvenes de la comarca y de más afuera, que venía a estudiar aquí. La escuela se fundó en el año 1701, impulsada por el primero de la saga, Pedro Rodríguez Castañón, como escuela para los niños pobres; y la segunda en 1740 por Jerónimo Rodríguez Castañón, que llegó a ser conocida como «la Universidad de la montaña».
Traducción de la placa (gracias a mi amigo Pepe Maestre): AL EXIMIO FUNDADOR DE ESTE LICEO, A SUS PRECLAROS TAMBIÉN PRECEPTORES Y A LOS COLEGAS QUE YA FALLECIDOS, DEDICAN CON GRAN CARIÑO ESTA INSCRIPCIÓN EN RECUERDO DE SU AGRADECIMIENTO LOS ANTIGUOS ALUMNOS DE ESTE CENTRO CONGREGADOS EN EL BICENTENARIO CONMEMORATIVO DE SU IGLESIA PARROQUIAL. Esta Cátedra de Latín, que seguía los patrones de enseñanza de las mismísima Universidad de Alcalá, estuvo en funcionamiento durante más de dos siglos. Fue una especie de seminario, en el que se formaron muchas personas de la comarca que llevaron el nombre de Lois al mundo, algunos de sus alumnos fueron ministros, obispos, jueces, incluso académicos como Alonso Rodríguez Castañón, catedrático de la Universidad de Alcalá y miembro de la Real Academia Española, sillón C, Pedro Manuel Alvarez-Acebedo Volante, miembro de la Real Academia Española, sillón T, incluso una estudiante femenina notable, María Rodríguez Castañón, abadesa del convento de Santa María de Otero de las Dueñas, o Tomás Antonio Álvarez Acebedo, presidente de los jueces.
A partir de ahora cuando escuchen Lois, no sólo lo relacionen con una marca de pantalones sino con esta bella villa montañesa, antiguo centro cultural y que hoy, desgraciadamente, engrosa la fila de esa España "vaciada". ¡Hasta la próxima viajeros!
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