Pues le tocó ser mi país número 54, el Gran Ducado de Luxemburgo, un pequeño país (682.000 habitantes) entre Bélgica, Alemania y Francia. Junto a Holanda y Bélgica forman lo que se llamó el
BENELUX y el germen de la Europa Unida (ahora un tanto desunida). Su territorio es de apenas dos mil kilómetros cuadrados (como una de las provincias del País Vasco). Se divide en dos regiones principales: el Oesling, al norte, que forma parte del macizo de las Ardenas, y el Gutland, al sur, una prolongación de la Lorena desde el punto de vista geológico. Eso sí, tiene el PIB de los más altos del mundo, aunque con un cierto tufo a paraíso fiscal según algunos analistas financieros. Culturalmente, el país combina influencias germánicas y latinas, y se considera trilingüe: el luxemburgués es la lengua nacional, pero el francés y el alemán también se utilizan de manera oficial en la administración y la justicia.
Un poco de Historia
Para hablar de los orígenes de Luxemburgo como tal país, habría que remontarse al año 963, cuando el conde Sigefroid compró un peñasco fortificado llamado Lucilinburhuc. En torno a ese castillo surgió Luxemburgo, que pronto se convirtió en condado y luego, en 1354, en ducado bajo el impulso de la poderosa dinastía luxemburguesa. Durante siglos, Luxemburgo pasó de manos borgoñonas a los Habsburgo, luego a España y más tarde a Austria, mientras su estratégica fortaleza era codiciada por todas las potencias. Con la Revolución Francesa fue anexionado, y tras la caída de Napoleón se convirtió en gran ducado vinculado a los Países Bajos. En 1839 perdió su parte occidental, que pasó a Bélgica, quedándose solo con el territorio que conocemos hoy. Finalmente, en 1890 se separó de los Países Bajos y se convirtió en un país plenamente independiente, gobernado por la Casa de Nassau-Weilburg.
En todos los comercios, por ser el Día Nacional de Luxemburgo, se encontraban en los escaparates los retratos del Gran Duque y las banderas del país.
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Su ubicación central en Europa le ha dado una gran relevancia estratégica a lo largo de la historia |
Tras dos ocupaciones alemanas en el siglo XX, Luxemburgo apostó por la Unión Europea, siendo el miembro fundador más pequeño de la misma, también de la eurozona, la OTAN, la OCDE, la ONU, la OSCE y como he dicho al principio, de la unión del BENELUX, lo que refleja su firme apuesta por la cooperación internacional. Robert Schuman, uno de los Padres de Europa, nació en Luxemburgo en 1886. Su capital, la ciudad de Luxemburgo, alberga importantes instituciones europeas. Así, de una pequeña fortaleza medieval nació este diminuto estado, cuya historia está llena de conquistas, tratados y un sorprendente espíritu de resistencia.
Dos días por Luxemburgo
Ecco-sur-Sure
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Eche-sur-Sure |
Una vez en Luxemburgo, hemos parado primero en uno de sus pueblos más bonitos, Eche-sur-Sure. Está en el corazón de Luxemburgo, abrazado por un recodo del río Sûre, un pintoresco pueblo que parece detenido en el tiempo. Tres mil personas aparecen en su censo actual. Su historia gira en torno a su castillo, construido en el año 927, que domina desde lo alto las casas de tejados de pizarra y las calles estrechas que se enroscan alrededor de la colina. Esch-sur-Sûre es uno de los pueblos más pequeños del país, pero también uno de los más bellos. En 1960, se construyó una gran presa río arriba que creó un impresionante lago artificial, transformando el paisaje y convirtiendo la zona en un destino popular para senderistas, amantes del kayak y del turismo de naturaleza.

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Esch-sur-Sûre tiene su primera mención escrita en el siglo VIII, cuando un noble llamado Nebelungus donó sus tierras a la abadía de Echternach. A finales del siglo IX, Meginaud y su esposa construyeron allí una torre cuadrada y varios edificios agrícolas, dando origen al castillo que marcaría la historia del pueblo. Durante la Edad Media, los señores de Esch ampliaron su dominio hasta abarcar casi una veintena de pueblos. Con la llegada de la pólvora en el siglo XV, fortificaron todo el núcleo construyendo una muralla de 450 metros, de la que aún quedan restos visibles. El castillo fue perdiendo importancia a partir del siglo XVI y, tras la conquista de Luxemburgo por las tropas de Luis XIV, muchas fortalezas fueron desmanteladas. Sin embargo, en Esch-sur-Sûre la muralla sobrevivió porque se construyeron casas adosadas a ella. En el siglo XIX, el castillo pasó a manos de particulares, llegando a albergar varias familias cuando Victor Hugo lo visitó en 1871. Más tarde, un egipcio llamado Martin Riano d’Hutzt intentó restaurarlo, aunque el proyecto se interrumpió. Finalmente, tras excavaciones arqueológicas, el Estado de Luxemburgo adquirió el castillo en 2005 y lo declaró monumento nacional un año después, asegurando su conservación para el futuro.
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Hoy, Esch-sur-Sûre sigue siendo un lugar donde la piedra, el agua y la historia conviven en perfecta armonía, ofreciendo a quienes lo visitan una estampa casi medieval en pleno siglo XXI |
Desde allí, partimos a través de carreteras entre bosques preciosos hacia Vianden, con sus casitas de colores sobre otro río, el Our. Vianden está situado al este del Gran Ducado, en el extremo occidental de la frontera alemana. Allí se encuentra un magnífico castillo medieval (restaurado y de pago, 13€), pero merece la pena. Es muy bonito el perfil del castillo y la ciudad, como de cuentos de hadas.
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El pequeño pueblo de Vianden (desde el castillo) |
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Castillo de Vianden |
Los orígenes del Castillo de Vianden se remontan nada menos que a mediados del siglo V, en tiempos del Imperio romano, y su construcción continuó hasta la época carolingia. La mayor parte de los edificios que hoy forman el conjunto fueron levantados entre los siglos XI y XIV. A lo largo de su historia, el castillo ha atravesado nada menos que nueve etapas arquitectónicas distintas, desde sus inicios hasta nuestros días. Abajo un par de imágenes antiguas, grabado de 1643 y una postal, probablemente de principios del siglo XX.
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En 1820, Guillermo I lo vendió, y el nuevo propietario llegó a demoler parte de su estructura. No obstante, desde 1977 pertenece al Estado de Luxemburgo, que emprendió su restauración respetando su trazado histórico. Las excavaciones han puesto al descubierto un antiguo fuerte del Bajo Imperio, así como una muralla medieval carolingia del siglo IX. El castillo alcanzó su mayor esplendor entre los siglos XII y XIII, época de auge de los condes de Vianden. Precisamente de aquellos años, marcados por la transición del románico al gótico, datan la mayoría de las construcciones que aún hoy dominan el paisaje.
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Por último, sobre Vianden, quisiera decir que forma parte del Camino de Santiago: de ahí se parte a Echternach, Grevenmacher y Luxemburgo (hay alusiones y señalización desde el castillo) |
Luxemburgo, ciudad
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La capital, Luxemburgo, es una ciudad a dos niveles, la ciudad alta y el Grund |
Y así llegamos a la capital, Luxemburgo, el cambio es importante, además nos alojamos cerca de la estación, que no es la mejor zona de la ciudad. Luxemburgo está situado en la confluencia de los ríos Alzette y Pétrusse. Su antiguo castillo, establecido por los francos en la Alta Edad Media, es la base sobre el cual la ciudad se desarrolló. Hoy quedan restos de una fortaleza y numerosas galerías subterráneas, que han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
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Restos de la fortaleza, horadada con túneles que pueden visitarse |
Para nuestra visita, comenzamos con la catedral, pero no podemos entrar, por la mañana está cerrada, ya que están aún recogiendo de la fiesta del día pasado, donde hubo un Te Deum en honor del Gran Duque, volveremos por la tarde. En la Plaza de la Constitución, se encuentra el Monument du Souvenir Gëlle Fra.
Monument du Souvenir Gëlle Fra («dama de oro» en luxemburgués)
Y seguimos con la Place d’Armes y el Gran Palacio Ducal. El centro histórico es bastante manejable.
Un curioso balcón con alusiones patrióticas al León Rojo del escudo.
Otra plaza es la Place Guillame II, donde se encuentran el ayuntamiento y la estatua ecuestre del gran duque Guillermo II. El Gran Duque Guillermo II, fue el segundo rey de los Países Bajos y gran duque de Luxemburgo desde su ascenso al trono, en 1840, hasta su muerte.
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El Passage du Palais se encuentra en el corazón de la zona del mercado de pescado, la parte más antigua de la ciudad, aunque en la actualidad está bastante sucio
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También visitamos la iglesia católica de Saint-Michel, que tiene su origen en el año 987 cuando fue la capilla del castillo. Sin embargo, durante los siglos siguientes, el edificio fue destruido, reconstruido y renovado varias veces. Su aspecto actual data de 1688 y combina los estilos arquitectónicos románico y barroco.
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Palacio de los Duques de Luxemburgo |
El Palacio Gran Ducal de la ciudad de Luxemburgo es un edificio de estilo renacentista del siglo XVI y la residencia urbana del Gran Duque, Jefe de Estado desde 1890. Está situado en el centro del casco antiguo, no lejos de la Place Guillaume II. En la actualidad, el palacio está custodiado por el Servicio de Guardia del Castillo, mensualmente se celebra un solemne cambio de guardia (pero no pudimos verla).
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Cámara de los Diputados de Luxemburgo |
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Ciudad de la Justicia de Luxemburgo |
Luxemburgo, como dije antes, está a dos niveles. Los puentes unen las dos partes «altas» (Ville Haute).
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Luxemburgo está situado en la confluencia de los ríos Alzette y Pétrusse
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Cogemos por la Chemin de la Corniche, desde donde ya se divisa la abadía de Neimënster. El paseo es muy agradable por la zona. Abajo algunas fotografías...
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Miradores desde la Villa Alta de Luxemburgo |
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Vista del Grund |
En el corazón de la ciudad, al abrigo del valle del Alzette, se encuentra el pintoresco distrito de Grund. Extendiéndose a lo largo de poco más de treinta hectáreas, este barrio se sitúa a los pies de la Ciudad Alta, allí donde el río Pétrusse se une al Alzette, antes de que sus aguas sigan su curso hacia Clausen.
Renovado en los años ochenta, Grund ha florecido como el barrio de moda de la ciudad, con cafés, restaurantes y locales que atraen tanto a turistas como a residentes.
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Grund es uno de los rincones más antiguos de la capital |
Ya en el siglo XIV se alzaba en este edificio un hospicio que ofrecía cobijo a ancianos, enfermos y huérfanos, en el mismo lugar donde hoy se ubica el Museo de Historia Natural.
Esta abadía fue fundada originalmente en la meseta de Altmünster, pero fue destruida en 1542, pero los monjes benedictinos no se rindieron y levantaron un nuevo monasterio en 1606, esta vez en Neumünster. A pesar de los incendios y las reconstrucciones que marcaron el siglo XVII, la abadía siempre renació de sus cenizas, ampliándose incluso en 1720. Sin embargo, tras la Revolución Francesa, el destino de la abadía cambió drásticamente: de centro espiritual pasó a ser estación de policía, prisión estatal y cuartel prusiano después de 1815.
Décadas después, en 1997, los muros de la antigua abadía recobraron un nuevo sentido, convirtiéndose en el Centro de Encuentros Culturales de Neimënster, un espacio abierto a exposiciones, conciertos y seminarios que reflejan la vitalidad cultural de Luxemburgo.
Hoy, además de albergar la sede del Instituto Europeo de Itinerarios Culturales. Desde 2014, este lugar lleno de memoria e inspiración lleva oficialmente el nombre de Abadía de Neimënster, reafirmando su vocación como puente entre el pasado y el presente.


Y para salvar el desnivel que lo separa de la parte alta, un ascensor público (gratis), inaugurado en 1985, conecta cómodamente este rincón histórico con la Ciudad Alta, manteniendo vivo el pulso entre pasado y presente y comunica el Grund con la ciudad de la justicia, donde se concentran todos los tribunales del país. Hay otro ascensor (para turistas) en Luxemburgo pero es de pago aunque tiene vistas panorámicas.
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En Luxemburgo el transporte público es... ¡gratis! |
Después de un descanso volvemos para visitar, por la tarde, la catedral, sin olvidarnos de su cripta, donde se encuentra el cenotafio de Juan el Ciego, rey de Bohemia y conde de Luxemburgo.
La historia de la catedral está ligada a la de la Compañía de Jesús. En 1594, los jesuitas se establecieron en Luxemburgo, ciudad que entonces formaba parte de los Países Bajos españoles.
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Catedral de Notre Dame de Luxemburgo |
En la cripta de la catedral se encuentran las tumbas de la familia ducal.
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Cripta de la Catedral |
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Tumba de Juan de Bohemia, también llamado el Ciego o de Luxemburgo, era hijo del emperador Enrique VII y padre de Carlos IV; murió en 1346 en el campo de batalla de Crécy al servicio del rey de Francia, en una de las primeras campañas de la Guerra de los Cien Años. |
Y esto es todo, un país pequeñito, no muy "turistificado", que merece al menos una visita.
Hasta la próxima viajeros !!
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