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Viena es sobre todo el esplendor imperial de una época pasada y de un patrimonio muy bien conservado |
Viena era una de las grandes capitales europeas que se me resistían, la primera vez que quise ir, hace más de diez años, una huelga de controladores aéreos me impidió visitarla y además perdí hoteles y algunas entradas. Quizá le cogí un poco de manía y hasta ahora..., ¡que volví! Y llegué a Viena, aunque no mis maletas, que se retrasaron un día más. Las «cosas» de Iberia.
Cuestiones prácticas
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CAT - City Airport Train, la imágen más popular cuando llegas a Viena |
Para venir del aeropuerto a la ciudad tiene muchas opciones, la más popular es la de un tren (CAT - City Airport Train) que sale cada cuarto de hora y llega a la estación de Mitte-Wien, está muy bien, sin embargo hay opciones más baratas y casi igual de rápida, como el autobús o el tren, en este caso te puedes encontrar los que paran en diferentes estaciones o los que van directo, a mí me pasó con uno que iba a Munich y fue directo a la Wien Hbf (Hauptbahnhof (estación principal). Te recomiendo bajarte la app de OBB (Trenes austriacos), es muy útil para moverte a Budapest, Praga o a Baviera. La estación de Mitte está más pegada al centro mientras que la principal está en Südtiroler Platz, más cerca de la zona de Belvedere.
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Estación central de ferrocarril - Wien Hbf |
Pués si ya estamos en Viena, ahora se trata de recorrer la ciudad, hay quien viene un par de días, otros tres..., en nuestro caso estuvimos una semana, a la que añadimos un día en Bratislava y cinco en Budapest. Para moverte en una ciudad de dos millones de habitantes debes utilizar el transporte público. En Viena hay muchas líneas de tranvía, autobuses y metro. Puedes optar por la Vienna City Card (app ivie City Guide) que incluye la movilidad por días, según elijas, además de algunos descuentos en museos y espectáculos, o bien utilizar los billetes de WienMobil, donde te recomiendo que te bajes la app, o en su caso utilices las máquinas expendedoras de billetes (estaciones de metro) o en la mayoría de estancos. Creo que depende de tu programación para el día (no siempre merece sacarse la tarjeta Viena City).
En general, Viena es muy cara para los españoles, el nivel de vida es alto, los museos son caros y la comida en los restaurantes también. A diferencia de Hungría, aquí funciona el euro, pero hay algunos sitios que sólo admiten dinero en efectivo, incluso en cafeterías, lo que llama la atención con relación a España, donde ya puedes pagar con tarjeta en cualquier sitio. El teléfono puedes usarlo como si estuvieras en tu casa, no hay cargos por el roaming, y el Google Map te sirve para ir a cualquier sitio indicándote el transporte público que más te interese o la combinación de ambos según la hora que sea. Esto hace muy sencillo moverse por esta ciudad de una superficie de casi quinientos kilómetros cuadrados. Caminar es cómodo, hay grandes avenidas, mucho carril bici pero sin la presión de países como Holanda o Bélgica.
Un poco de Historia
Alrededor del año 15 a.C., el reino de Noricum pasó a ser parte del Imperio romano, y a partir de entonces, el Danubio marcó la frontera del imperio. Vindobona fue un campamento militar romano de la provincia de Panonia, en lo que hoy es la moderna ciudad de Viena en Austria, que llegó a contar con una población estimada de casi veinte mil habitantes. Los romanos construyeron fortificaciones y asentamientos en las orillas del río, incluyendo Vindobona. Luego, siglos más tarde, el asentamiento cambió de nombre, en el siglo XIII fue Berghof.
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Resto de la fortaleza romana junto al Palacio Hofburg |
Viena ha sido testigo de más de dos mil años de historia. Aquí también murió Marco Aurelio, y siglos después, Carlomagno sembró las raíces de lo que sería Austria. Con los Babenberg, Viena se volvió capital y punto clave entre Venecia y Germania. Luego, los Habsburgo la transformaron en corazón de un imperio que marcó Europa. Resistió los asedios turcos, celebró victorias y brilló en tiempos barrocos bajo Leopoldo I y Carlos VI. La gran Maria Teresa modernizó su reino, y su hijo José II impulsó la igualdad y la libertad religiosa. Viena crecía, cambiaba y se abría al mundo. Tras las guerras napoleónicas, el Congreso de Viena (1815) devolvió el equilibrio a Europa. Bajo Francisco José I y la recordada Sisi, de la que luego hablaremos, la ciudad vivió su época dorada: cultura, música y esplendor imperial.
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Emperador Francisco José I e Isabel de Baviera (Sissi) |
En 1867, con el Imperio Austrohúngaro, Viena se consagró como capital cultural del continente. La Ópera y la Exposición Universal de 1873 fueron símbolos de su grandeza. Después de las guerras mundiales y la ocupación aliada, en 1955 Austria recuperó su independencia. Desde entonces, su neutralidad convirtió a Viena en sede de la ONU, cuna de congresos y símbolo de paz. Austria entró en la Unión Europea el 1 de enero de 1995 y es una república democrática y uno de los países fundadores de la OCDE. Su moneda es el euro, adoptado en 1999.
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Parlamento de Austria en Viena |
Qué ver en Viena
Como siempre, lo mejor es que cada uno se haga su propio recorrido según sus intereses, los días que esté y q su gusto. La capital austriaca es un centro de arte con una oferta cultural enormemente variada, con más de 100 museos. Si estás poco tiempo y tienes que elegir, yo modestamente te recomiendo el Belvedere y el Leopold, luego hay muchos más, todo depende de tus intereses.
Los llamados «imperdibles» (que te los puedes ver y no pasa nada), son los que vienen en casi todas las guías, y que están colmatados de grupos de turistas (todos queremos ver lo mismo, normalmente). Digo esto para que vayas sabiendo lo que te vas a encontrar... las colas; preferiblemente es mejor que lleves los tickets comprados de antemano. Todo el mundo quiere visitar los palacios imperiales, las pinacotecas importantes (ver el cuadro del beso de Klimt, por ejemplo), y comerse un tarta Sacher... pero hay otras cosas interesantes y la mejor, sin duda, pasear y pasear por Viena. De todas maneras vamos a hacer algunos capítulos:
- La Viena de Sissi
- La Viena católica
- La música y Viena
- Viena modernista
- Viena y la arquitectura civil contemporánea
Sissi Pass
Ya sea por las películas, por los libros, hoy por la serie de Netflix, Isabel de Baviera (Múnich, 1837-Ginebra, 1898) ha sido una de las princesas más conocidas en el mundo y atrae a todos los visitantes a Viena. Fue emperatriz de Austria y reina de Hungría, era hija del duque Maximiliano de Baviera y de la princesa real Ludovica de Baviera. Los recuerdos de Sisi, o Sissi están en sus dos residencias vienesas (hubo otra en Hungria): el Palacio de Schönbrunn y el de Hofburg. Puedes comprar en
Imperial Tickets diferentes combinaciones, pero yo me hice con el
Sissi Pass, que incluye los dos palacios y el Museo del Mueble, donde se encuentran los muebles originales utilizados en el rodaje de las películas de Sissi, incluso hay monitores donde se aprecian varias escenas.
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Palacio de Schönbrunn |
El
Palacio de Schönbrunn era la antigua residencia de verano de los Habsburgo, aquí puedes visitar las estancias imperiales, de estilo barroco. En posesión de los Habsburgo desde 1569, fue Leonor Gonzaga, quién lo mandó construir y la que le puso el nombre de Schönbrunn. Reformado posteriormente, hoy forma parte del patrimonio de la humanidad de la UNESCO. En el parque del Palacio de Schönbrunn se encuentra también el Museo de Carruajes Imperiales (aunque yo no lo visité), donde hay una zona de exposición independiente dedicada a la emperatriz de Austria.


Pero en el centro de la ciudad estaba el lugar donde se regía el imperio de los Habsburgo: el
Palacio de Hofburg (fotos de arriba). Hoy es la sede del jefe del Estado. Su construcción se remonta al siglo XIII y fue ampliándose por toda la plaza. El complejo se sigue extendiendo hasta casi llegar a la Ópera Nacional de Viena. En el Hofburg, concretamente en los Apartamentos Imperiales, se haya el
Museo Sisi. Allí, en el Hofburg se encuentra también la Iglesia de los Agustinos, en la que Isabel y el Emperador Francisco José se casaron, allí cerca está el jardín de rosas imperiales. Si quieres seguir el final de Sissi, asesinada por un anarquista en 1898, mientras paseaba por el lago Lemán de Ginebra, puedes ir a la Cripta Imperial de Viena, junto a su marido y su hijo.
Romy Schneider fue quizás la Sissi que mejor conozcamos por la trilogía de los años cincuenta: Sissí, Sissí Emperatriz y El destino de Sissí, además la actriz era vienesa. Pero hubo muchas más películas, antes y después. En España, el personaje también es muy conocido, tanto por los libros y revistas de la editorial Bruguera (1958) como por la novela Elisabeth, emperatriz de Austria-Hungría de la escritora española Ángeles Caso (2002).
La Viena católica
La monarquía católica conservadora de Austria-Hungría había alcanzado su apogeo y fase final bajo el emperador Francisco José I. La Catedral de de San Esteban de Viena es impresionante, quizá más por fuera que por dentro. Sus torres góticas y su inconfundible tejado de azulejos de colores, dan un punto original. La más impresionante es la torre sur, de 136 metros, que durante mucho tiempo fue el edificio más alto de Europa. En el Imperio Austro-Húngaro estaba prohibida que ninguna iglesia fuera más alta. Mezcla estilos: el inicial románico del siglo XIII con el gótico austríaco. La Pummerin es la campana más famosa de la catedral, conocida por su potente sonido y su gran tamaño, pesa más de 20.000 kg y fue fundida en 1951. Hoy, el Steffl, como lo apodan cariñosamente los locales, sigue siendo el gran punto de referencia de Viena: tanto para orientarse en la ciudad como para reivindicar su tradición católica.
Otras iglesias que pude visitar y os la recomiendo son:
- San Carlos Boromeo
- San Pedro
- San Miguel
- La Schottenkirche
- Malteserkirche
- Maria am Gestade
- La Mariahilfer
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Iglesia de San Carlos Boromeo |
Mariahilfer Kirche (la iglesia de la Congregación de San Miguel Arcángel).
Maria am Gestade, la iglesia tradicional de los barqueros del Danubio, literalmente significa «María en la orilla», y es una de las iglesias más antiguas de Viena.
Michaelerkirche (San Miguel), sus restos más antiguos son del siglo XIII, pero modificada en el XVIII.
La Schottenkirche o Iglesia de la Abadía que se remonta al año 1155 por el duque Heinrich Jasomirgott, posteriormente modificada en el siglo XVII y también más tarde en los siglos XIX y XX.
Malteserkirche, la iglesia de la Orden de Malta en Viena.
La música y Viena
Una ciudad que vive por y para la música. No sólo por la cantidad de conciertos de música clásica, o el repertorio de óperas casi a diario, sino también porque aquí se vive la música como algo muy vienés, además de muchos compositores que han nacido o vivido en la capital austriaca.
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Wiener Staatsoper, inaugurado el 25 de mayo de 1869 con la ópera de Mozart Don Giovanni, hasta 1920 se llamó «Teatro de la Ópera de la Corte Imperial y Real de Viena» |
Otros dos edificios relacionados con la música son: el Volksoper (Ópera Popular Alemán) y el Musikverein, lugar donde se celebra el concierto de fin de año tan famoso que vemos por la TV.
Entre los compositores austriacos, que abrazaron el modernismo, destacan: Brahms, Bruckner o Mahler.
Wiener Moderne
La Viena del paso de siglo XIX al XX, fue una de las ciudades donde se vio nacer al Modernismo, basta con un paseo por la ciudad para ver la cantidad de detalles en las edificaciones. Sobre todo es de destacar la labor de Otto Wagner, profesor de Arquitectura en la Academia de Bellas Artes de Viena, que además jugó un papel importante en el urbanismo de la ciudad, proyectando su ensanche y la Wiener Stadtbahn (la red de ferrocarril urbano). Wien um 1900 fue un florecimiento no sólo de la pintura o la arquitectura, también de la filosofía, la música o la literatura.
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Exposición temporal en el Leopold Museum |
En 1897 algunos artistas, entre ellos Gustav Klimt, se revelaron contra la Künstlerhaus (Unión de Artistas de Viena) y fundaron una nueva asociación el 3 de abril de 1897, con el nombre de Vereinigung bildender Künstler Wiener Secession (la Secesión). De ahí el Pabellón que conocemos en la ciudad con eses nombre, obra de Joseph Maria Olbrich, un moderno edificio de exposiciones de estilo modernista. Destaca la cúpula dorada, la Blattwerk-Kuppel que fue símbolo visible del movimiento Secesión. Además de Klimt, estaban en este grupo Kolo Moser o Josef Hoffmann, además de Olbrich y Otto Wagner, como arquitectos.
La Iglesia de San Leopoldo y el Pabellón de la Secesión, los dos edificios icónicos del modernismo vienés.
Sobre el pórtico del Secesión, figura el lema de la unión de artistas: «Der Zeit ihre Kunst - der Kunst ihre Freiheit.» (A cada tiempo, su arte. A cada arte, su libertad).
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En el pabellón, en la planta baja se encuentra la obra mural de 34 metros de largo, de Klimt en homenaje a la novena sinfonía de Beethoven, hecha para una exposición en 1902 |
Las pinturas de Klimt y el resto de los modernistas conviene visitar dos pinacotecas como la del Palacio Belvedere (El Beso) y la del Museo Leopold (Vida y Muerte), aunque también hay otras obras en el Museo de Historia del Arte, el Museo de Viena, el Museo del Teatro..., o decorando edificios como el Burgtheater.


Las dos pinturas más famosas de Klimt, una en el Belvedere y la otra en el Leopold (aunque no aparezca nadie en la foto, ¡paciencia!, porque normalmente está todo el mundo pegado a esos dos cuadros).
El expresionismo
Un discípulo de Klimt, que siguió sus pasos, fue Egon Schiele, que junto a Oskar Kokoschka, fueron los máximos representantes del expresionismo austriaco. Schiele, con un talento muy precoz, tuvo una vida convulsa pero muy prolífica, más de trescientas pinturas y miles de dibujos.
Las principales obras de Egon Schiele se conservan también en el Belvedere y el Leopold.
Viena y la arquitectura contemporánea
Hay, como en todas las ciudades un crecimiento de Viena, que se nota en los nuevos edificios que marcan un skyline diferente, especialmente en las zonas más alejadas del centro. Aunque la capital austríaca respira historia en cada esquina, también es un laboratorio de arquitectura contemporánea. Desde los años 60, algunos artistas austriacos revolucionaron la escena con ideas visionarias, y en los 80 estalló la polémica cuando la moderna Casa Haas, frente a la Catedral de San Esteban, rompió moldes.
Poco después, Hundertwasser puso color y naturaleza en el corazón de la ciudad con su famosa Casa Hundertwasser, la Kunsthaus Wien y la planta de incineración de Spittelau.
Ya en los 90 y 2000, Viena siguió creciendo con proyectos emblemáticos: el MuseumsQuartier, el reciclaje de los Gasómetros en viviendas de vanguardia, la futurista Ciudad del Danubio con la DC Tower, el edificio más alto de Austria, y el innovador Campus de la WU, obra de arquitectos famosos como Zaha Hadid. Hoy, barrios como Aspern Seestadt o la nueva Estación Central muestran cómo la ciudad combina tradición imperial con un skyline cada vez más moderno (precisamente en esta zona nos quedamos alojados y muy bien comunicada con metro o tranvía con el centro).
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Arriba algunas fotos de edificios emblemáticos de la arquitectura de principios del XXI |
Dónde comer
En Viena hay multitud de restaurantes, en general el precio para comer no suele bajar de los 30€ por persona, incluso me quedo corto si tomas vino o cerveza. Lo más recomendable es probar al menos una vez, lo típico, la tarta Sacher, la apfelstrudel (tarta de manzana), el schnitzel (un filete empanado) y el codillo, que está buenísimo si te lo hacen bien y crujiente. Si tuviera que recomendar una cervecería la Salm Bräu (cerca de Belvedere) y como cafetería yo iría a la Hawelka (cerca de la Stephansplatz). Finalizo con unas fotos para abrir el apetito...
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Codillo con una cata de cervezas |
Con el tiempo irán saliendo más entradas de Viena, esto ha sido sólo una introducción.
¡Hasta la próxima, viajeros!
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Amando a Viena, nos despedimos desde la Plaza del Ayuntamiento |
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La anécdota...
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La virgen sevillana de la Macarena en pleno centro de Viena |
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