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Palacio de Versalles

La majestuosidad de Versalles.



Hace unos años en un viaje de la actuación de mi hija en un teatro de Versalles, aprovechamos para visitar el Palacio, que como sabéis sigue el estilo de los castillos franceses. Fue la residencia de los reyes de Francia Luis XIV, Luis XV y Luis XVI. Aquí terminó todo el esplendor de los borbones (franceses) con la Revolución de 1789. Aquí el rey de turno y su corte residieron permanentemente durante algo más de un siglo, desde 1682. El Palacio de Versalles está a 16 kilómetros al suroeste de París con buenas combinaciones en tren (nosotros así lo hicimos - el trayecto dura 30 minutos y la estación es Versailles Rive Gauche). Si prefieres un autobús también hay opciones (tienes que coger el 171 desde la estación de Metro Pont de Sèvres (línea 9) hasta Place d’Armes muy cerca del Palacio). El conjunto "Palacio de Versalles" incluye no solo el edificio palaciego, sino además toda el área compuesta por: los Trianones, el Gran Canal y el parque del Palacio de Versalles. El Gran Trianón fue posteriormente residencia de Napoleón y de otros reyes que lo sucedieron. Hubo incluso un zoológico.

No digo nada nuevo: los Jardines de Versalles son espectaculares

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Esta foto aérea no es mía (©ToucanWings) pero da una idea de la inmensidad del Palacio

El Jardín del Palacio de Versalles consistía en el Grand Parc, una vasta región boscosa en las afueras del castillo y el pueblo de Versalles y el Petit Parc, la parte rodeada por un muro que se desarrolló en jardines franceses cerca del castillo.
 
Hoy en día, el Gran Parque o simplemente el Parque de Versalles incluye todos los espacios verdes pertenecientes al dominio de Versalles (bosques, campos, jardines de los castillos de Trianon, jardines del Palacio de Versalles). 

Le Petit Parc, es ahora conocido como el Jardín de Versalles, que es el que tenéis en las fotos, que incluye entre esculturas de bronce y mármol un total de más de doscientas estatuas. El creador y arquitecto principal de este jardín es André Le Nôtre. Abajo más fotos que tomé durante la visita.


Los Jardines de Versalles tienen una extensión de más de ochocientas hectáreas, así que olvídate de pateártelo todo, es prácticamente imposible recorrerlos en su totalidad. Eso sí, puedes alquilar una bicicleta, un carrito eléctrico, o bien ir con el trenecito que recorre los jardines.

Versalles aparece mencionado en el siglo XI, aunque hasta cinco siglos después no se habla del dominio de Versalles y su casa señorial. Más tarde forma parte del Conde de Retz, Albert de Gondi y posteriormente fue del arzobispo de París, hasta que fue adquirido por el rey en 1623. El primer castillo lo construye en ese año Luis XIII con el objetivo de convertirlo en un retiro espiritual, el edificio entonces consta de un edificio principal sencillo de treinta y cinco metros de largo en tres niveles. El segundo castillo comienza en mayo de 1631 con las obras de ampliación, dirigidas por el ingeniero-arquitecto Philibert Le Roy, añadiéndose pequeños pabellones y comenzando con una espectacular decoración floral además del diseño de los jardines. En 1639 se añade una terraza a modo de paseo con una balaustrada.
 
El Rey Sol inunda la iconografía del Palacio
Cardenal Richelieu
Napoleón

Aquí se palpa la Historia con mayúsculas: Richelieu o Napoleón presenten en el recorrido por los salones del Palacio de Versalles.
 

Quizás los lugares más visitados del Palacio son la Sala de los Espejos, la Capilla Real y la Casa de la Opera. La Galerie des Glaces mide setenta y seis metros de largo y tiene diecisiete espejos. Las pinturas del techo hacen mención a las "batallitas" del Rey Sol. La creencia de que si rompes un espejo tendrás siete años de mala suerte tiene su origen aquí ya que si algún servidor del Rey se le ocurría romper uno de estos espejos se le condenaba con siete años de paga que tendría que seguir trabajando sin cobrar. Aquí en la foto aparece despejada sin turistas porque por un error cogimos por un camino diferente y tuvimos la sorpresa y el gusto de andar solos por este magnífica Sala de los Espejos, como si fuéramos los reyes. Quiero recordar que aquí se casó María Antonieta, se proclamó el Imperio alemán y se firmo el conocido tratado de Versalles con el que finalizó la Gran Guerra, la primera guerra mundial.
 
Busto de Luis XIV de Gian Lorenzo Bernini en el Salon de Diane.
Desde el Palacio me despido hasta la próxima entrada en el blog.
¡Saludos viajeros!

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