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Paimpol y los pescadores de bacalao (Pierre Loti)

Paimpol, la ciudad francesa de los islandeses
La novela de Pierre Loti

Paimpol podría pasar desapercibida para el viajero, pero no para el que haya leído la novela "Pescador de Islandia" del controvertido Pierre Loti; novela que trata sobre los pescadores que zarpaban durante meses a Islandia para pescar bacalao:

"hay un pequeño cementerio en la costa, en un fiordo, lo mismo que aquí, para los del país de Paimpol que han muerto durante la temporada de pesca, o que han desaparecido en el mar. Es tierra bendita, lo mismo que en Pors-Even, y los difuntos tienen cruces de madera, todas parecidas a las de aquí, con sus nombres escritos en ellas. Los dos Goazdiou, de Ploubazlanec, están allí, y también Guillermo Moán, el abuelo de Silvestre. Y ella creía ver aquel pequeño cementerio al pie de los cabos desolados, bajo la pálida luz rosa de aquellos días que no se acaban. Después, pensaba en aquellos muertos, bajo el hielo y bajo el sudario negro de las noches largas como los inviernos."

En la novela de Loti la joven Gaud, cuyo padre, tras haber hecho fortuna, acaba de regresar con su familia al puerto bretón de Paimpol, asiste por primera vez desde su infancia a la vuelta de los pescadores de Islandia. Entre todos ellos distingue a Yann Gaos, el más alto y más fuerte, y amigo de su primo Sylvestre que a sus veintisiete años todavía no está casado. La novela, aunque con el trasfondo romántico, es una oda a los marinos bretones y Paimpol es su puerto base para contar esas múltiples historias. Y ahí llegamos nosotros...


Pero Paimpol también tiene otras referencias artísticas, fue el lugar de vacaciones de George Brassens o el paisaje preferido de un pintor neo-impresionista Paul Signac, como puede verse en la acuarela de abajo que pertenece al Museo Thyssen-Bornemisza...

En una calle de Paimpol se homenajea a Georges Brassens
Vistas de Paimpol que pinta Signac en 1914. 

En el cuadro lo que si se aprecia es una goleta típica de los pescadores, según la ficha del Museo Thyssen-Bornemisza, es una embarcación construida en 1901 como embarcación de cabotaje por el armador Rivollan de Paimpol. La Saint Antoine, probablemente fuera una de las grandes goletas destinadas a la pesca del bacalao en Islandia. En lo alto de la colina que domina el puerto, Signac ha representado la torre del Kerroc'h, erigida en memoria de los que perecieron en la mar.

postales antiguas de Paimpol 


Paimpol con no más de ocho mil habitantes, está rodeado de la famosa costa de granito rosa, pero sin embargo lo que es su puerto es tranquilo, nada de acantilados, más bien una serena bahía con arrecifes e islotes. En uno de ellos, el de Saint Riom, hubo un monasterio pero que no se conserva en la actualidad. Pero Paimpol, como decía, fue famoso siempre por haber sido en el comienzo del siglo XX uno de los puertos principales de la gran pesca en aguas de Islandia. Europa descubrió el bacalao a principios del siglo XV a través de los portugueses, una especie ideal para la conservación en salado y que podía servir de fuente de alimentación para poblaciones distantes de la costa. El aumento del consumo de este producto fue lo que llevó a un aumento considerable de las flotas de pesca en alta mar. Paimpol y Saint-Malo, Barfleur y Dieppe, La Rochelle y los puertos del País Vasco son los pioneros en pescar bacalao en las costas y en el Golfo de San Lorenzo. Terranova, que fue llamada durante tiempo "Isla Bacalaos" (en portugués). El Museo Marino recuerda toda esa historia y todas esas leyendas de los pescadores que iban a Islandia, incluso se conserva una virgen que se procesionaba en recuerdo de los que no volvían.

En el paseo marítimo de Paimpol, al fondo un restaurante llamado "El Islandés"

Cuenta Paimpol con la abadía de Beauport, dos capillas (Nuestra Señora de Kergrist y Lanvignec), la antigua iglesia de la que sólo queda la torre llamada Torre Vieja, y algunas casas solariegas importantes de antiguos armadores. Pero sobre toda la ciudad destaca su puerto deportivo, que con sus restaurantes y cafeterías alrededor atrae a los turistas de Francia y a algunos españoles que también aparecemos por ahí.

y al final para comer nos fuimos a Le Corto Maltese



Comentarios

Unknown ha dicho que…
Me ha encantado tu post. Tengo muchas ganas de ir, mi profesor de francés era de allí y siempre nos estaba hablando de Paimpol.
Un saludo
Begoña-Turismo de ayer y de hoy
Caliope ha dicho que…
Precioso pueblo y genial entrada, felicidades!
M. Teresa ha dicho que…
Cada vez me gusta más Francia y estas entradas me demuestran el por qué.
Las fotos chulísimas!

Saludos
Él y ella viajeros ha dicho que…
Siempre me descubres cosas nuevas y ahora, aparte de otro lugar para visitar, me dejas con la curiosidad de conocer el libro que trata de este curioso enclave...