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Périgord [7] - Sarlat y su mercado

Sarlat

Antes que hablar del mercado de Sarlat he preferido dedicar un post a la gastronomía del Périgord, porque evidentemente el mercado, los mercados de los pueblos del Périgord tienen la fama que tienen porque con sus productos se elaboran verdaderos manjares, exquisitices, delicatessen... Y de todos lo mercados de los diferentes pueblos de la zona, sin duda Sarlat es el lider por tradición y porque congrega los sábados en todo el pueblo a muchísima gente que vende y que compra. La mayoría franceses, extranjeros hay, pero no confundir pensando que esto es un tema de guiris, es un mercado para ellos, y vienen desde muchas partes de la región y del país en general, buscando las latas de foie de pato o de oca, los patés, las trufas negras, las nueces,... todos los productos a los que antes habíamos dedicado una mención especialmente gastronómica. Dice la web oficial de Turismo de Sarlat que esta es una ville d’Art et d’Histoire (ciudad de Arte e Historia), y fuera del marketing de la frase, no cabe duda que es una ciudad encantadora, que enamora diría yo. Sarlat es una ciudad medieval que creció alrededor de una gran abadía benedictina de origen carolingio. Como Señorío Monástico alcanzó su punto máximo en el siglo XIII. El origen de la abadía se pierde en la leyenda, pero forma parte de los seis monasterios más importantes del Périgord (con Paunat, Belvès, Perigueux, Brantome y Terrasson). La abadía carolingia de Sarlat fue la única a salvo de los vikingos, una vez se sitúan estos en el borde de la Dordoña.

La conservación en Sarlat es exquisita

Fue Sarlat capaz de conservar su independencia y en 1153 fue puesta bajo la protección directa de la Santa Sede en Roma. En 1318, la abadía es el sitio de la nueva diócesis creada por el Papa Juan XXII y la iglesia de la abadía se convirtió en la catedral de la diócesis de Sarlat. Los obispos comenzaron una segunda transformación arquitectónica que no se completa hasta el final del siglo XVII. Sarlat juega también, como hemos dicho de otras ciudades del Périgord, un papel destacado durante la Guerra de los Cien Años. La ciudad amurallada se defiende por los castillos situados en las proximidades: Beynac, Castelnaud ... y presta ayuda a otras ciudades sitiadas por el Belvès Inglés, Domme, Montignac. Sin embargo, se convierte en inglesa durante un tiempo, después del Tratado de Brétigny en 1360. Una década más tarde vuelve a Francia. La calidad arquitectónica de sus monumentos y edificios dan fe de su antigua vitalidad, aunque durante mucho tiempo estuvo olvidada después de la Revolución francesa, a lo que ayudó el exodo rural de sus habitantes. Aquí Luc Besson rodó su Juana de Arco, o Bertrand Tavernier la hija de D'Artagnan, lo que os puede dar una idea del magnífico escenario que son sus calles.

Su moderna revalorizacion de Sarlat se debe mucho a la actividad como ministro de Cultura de un antiguo brigadista internacional en la República, el escritor Andre Malraux durante los años sesenta: la ley sobre la restauración de áreas de conservación se utilizó por primera vez en Francia aquí, en Sarlat. El centro de la ciudad medieval, con sus sesenta y cinco monumentos y edificios protegidos fue una operación piloto para el desarrollo de la financiación y aquí se fijaron como prototipos, los criterios para la restauración. En 1965, las ciudades de Sarlat y La Caneda se fusionaron bajo el nombre de Sarlat-la-Canéda, aunque La Caneda es un distrito industrial que para nada merece la pena visitar.

Monumento a las ocas
Sobre el mercado es bien conocido, como hemos dicho al principio; pero además de los sábados hay una infraestructura más o menos fija, con un mercado central, antigua iglesia, ahora sacralizada con los quesos, los vinos y los hígados de pato. También hay muchos puestos de embutidos porque los productos elaborados del cerdo también son referentes de calidad, no solo de las aves. Lo peor de todo es que la masificación trae largas colas de coches que dificilmente pueden aparcar, sobre todo en verano, en los parkings habilitados que se convierten en escasos para tal cantidad de turistas ávidos por llevarse la latita de foie, o simplemente por hacerse una foto.

Las ocas... enlatadas

El sitio, en cualquier caso, está superanimado porque a los puestos se añaden restaurantes llenos a rebosar, músicos cantando por los rincones de las plazuelas. En fin lo mejor es venir, primero un sábado para ver el mercado y además otro día diferente de la semana para ver la ciudad algo más tranquila y que los puestos y tinglados no te tapen la verdadera esencia de Sarlat. Como siempre os inundo el resto del post con más fotos.


+info:

...piérdase por las calles medievales de Sarlat,... ¡no se arrepentirá!





Comentarios

Gracchus Babeuf ha dicho que…
Las malas lenguas dicen que Sarlat es creación de Malraux. Quiero decir: No fue una operación de conservación sino una recreación un poco artificiosa. En cualquier caso (dejando a un lado el problema de dejar el coche) es una visita imprescindible.
Pues el Post me ha entretenido bastante, ciertamente es un lugar y una zona que nunca he tenido en cuenta para alguno de mis viajes, pero bueno, gracias a éste Post me planteré la visita.

Te invito a visitar mi blog en www.thewotme.com,

desde luego, ya tienes un seguidor más de tu blog, un saludo. Hasta pronto!.
Gus Planet ha dicho que…
Hola Paco, me alegro que te siga cautivando tanto el Périgord, porque es realmente una zona encantadora. Como tú lo describes, la gastronomia es deliciosa y sus pueblos exhudan un 'savoir de vivre' muy a la francesa... Realmente el sur de Francia, tanto al este como hacia el oeste, es una región absolutamente bella!

Un abrazo y buen fin de semana para ustedes!