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Paseando por La Habana

El esplendor de La Habana, una ciudad para nunca olvidar.

De mi ventana huye el barco
venido ayer de La Habana.
¡Saltemos del lecho al barco,
lucero de la mañana!
A pasar por tu azotea,
me echarás una naranja
y un zapatito de oro,
lleno de almendras y agua.
¡A las Antillas me voy
por unas mares de menta
amarga!


De: Marinero en tierra, Rafael Alberti

El mítico Hotel Habana Libre

Cádiz y La Habana, en el poema del gaditano Rafael Alberti, o "La Habana es Cádiz", esa habanera tan espléndida del malogrado Carlos Cano. Son referencias del espejo de España y América, no podemos olvidar que Cuba todavía y durante algún tiempo ha sido más española que cubana y que independientemente de los avatares políticos, en La Habana uno se siente muy en Cádiz, como era mi caso. Yo llegué a La Habana en 1992 con mi beca para buscar legajos en el Archivo Nacional de Cuba y volví a repetir con el pasar de los tiempos, esta vez como profesor, con el objeto de dar unos cursos en la Politécnica. Mi recuerdo sigue siendo de una ciudad encantadora.

Los habanos de La Habana
La fábrica de tabacos

El aeropuerto José Martí ha mejorado mucho, especialmente desde la llegada masiva de turistas españoles, italianos, canadienses,... y está a unos veinte kilómetros escasos del centro de la ciudad, aunque debes coger un taxi o llevar un transfer cubierto desde España. Media hora después estás en La Habana, no es recomendable alquilar un coche ya que las carreteras no están en buen estado y si tienes un accidente el bollo puede ser gordo.

El peso cubano vale igual que el dolar por fijación monetaria luego el euro se rige por esa relación. Otra alternativa es la del mercado negro bastante más satisfactoria y bastante más insegura. Yo no digo nada, jajajaja... Cuba ha cambiado mucho en los últimos años y ya es más fácil cambiar y usar tarjeta de crédito.

Sobre el clima podemos decir que es una delicia dentro de lo que cabe, es tropical y húmedo, con la suavidad de los vientos alisios atlánticos. Normalmente la media está en unos casi treinta grados, bajando a no más de veinte en invierno, aunque la lluvia es fuerte en los meses de verano y la humedad puede hacer insoportable el calor, las noches son muy húmedas.

Pasear por La Habana es un placer por la belleza monumental de una ciudad muy mimada por los españoles y luego por los criollos cubanos. Es "la ciudad de las columnas" que llamaba Alejo Carpentier. Lástima que la recesión económica de la isla como consecuencia de la caída de la URSS supusieran años en los que el patrimonio sufrió mucho, aunque peor lo pasaron los cubanos cuya propia subsistencia se puso en peligro. Hoy la isla resiste, y el turismo es una fuente de ingresos importante, además de haber permitido una cierta apertura que al menos en los años noventa no se permitía como que los cubanos pudieran tener dólares, salir del país o montar un restaurante privado, los llamados paladares que hoy salpican la ciudad.

Una de las muchas estatuas de Martí, al fondo el Hotel Inglaterra

Mi primera llegada en el año noventa y dos fue gloriosa, desde la España de la Expo'92 y la Olimpiada me colé en medio de La Habana en un hotel, el Inglaterra (foto de arriba) sin poder pernoctar porque una avería había inundado la mitad de las habitaciones. Fue una pena porque el Hotel Inglaterra es de por sí monumento nacional porque allí se produjo el discurso de la independencia en el año 1879 de José Martí. Hubo que buscar una alternativa y se encontró, a la mañana siguiente me encaminaba a la calle Compostela, La Habana Vieja (patrimonio de la Humanidad por la UNESCO), para empezar mi investigación en el Archivo Nacional (foto de abajo), primer paseo por las calles empedradas de una ciudad tan llena de historia como La Habana, además vivía los escenarios de mi tesis doctoral basada en los correos marítimos entre Cádiz y La Habana. 

Archivo Nacional de Cuba (ANC)
Antiguo Capitolio

El siguiente paso en mis investigaciones fue consultar la biblioteca de la Academia de Ciencias de Cuba, en la planta baja de un edificio significativo de la ciudad, el antiguo Capitolio Nacional, un edificio del año 1929, construído para ser la sede la Cámara y del Senado cubano. También hay un museo en su interior. Pero La Habana hay que patearsela, yo recomiendo ir al menos desde la zona de los hoteles (paseo del Prado) hasta la Plaza de la Revolución y volverse andando por la zona del Vedado (barrio "nuevo" de apartamentos) y el Malecón con sus edificios desvencijados pero con un sabor impresionante. El Prado realmente se llama Paseo de Martí pero sigue retenido su antiguo nombre entre los habaneros que así lo llaman, es una alameda de extramuros y mantiene su toque romántico a pesar del paso de los años.


Es una gozada con este buen clima no andar por las calles, empaparse de la gente, algunas, muchas se te pegarán diciéndote que tienen familia en España y querrán ser tu guía en la ciudad, puedes elegir en ir acompañado o soltar el lastre y avanzar en solitario entre las avenidas, paseos y calles de la ciudad. En algunas zonas este acoso será más interesado, hay mucho "turista sexual" que encuentra aquí lo que busca, de hecho se nota con contemplar el pasaje de la avión para detectar algunos hombres de cierta edad que van a lo que van, las cubanas las llaman despectivamente "jineteras" y son chicas jóvenes que se encuentran sobre todo en el Malecón. Pero La Habana es una maravilla para perderse por La Habana más colonial, sentirse trasladado a los siglos de la Carrera de Indias, pensar en que eres un marinero embarcado en el puerto gaditano y ahora perdido por la Plaza San Francisco, contemplar casas de navieros y negociantes que todavía hoy siguen en pie, como la Casa Aróstegui, luego Palacio de los Capitanes Generales. Y seguir por la Plaza de la Catedral donde confluyen calles adoquinadas, empedradas como se decía en la época para distinguirlas de las que eran simples barrizales. Meterse en el callejón del Chorro donde están los palacios familiares de los antiguos Lombillo o Bayona, el Marqués de Arcos o el de Aguas Claras. En esta última casa, la del Marqués de Aguas Claras hay uno de los primero restaurantes para extranjeros, "El patio" donde yo al menos probé una langosta a buen precio, aunque no saben como las de agua fría.

Restaurante "El Patio" frente a la Catedral
Catedral de La Habana, asimétria en las torres
Interior de la Catedral

La Catedral de La Habana se empezó a construir en el año 1748 por los jesuitas y convertida en templo mayor de la ciudad cuarenta años después, lo más característico es su asimetría en las torres, una más "gorda" que otra, como dicen los habaneros se acabó el dinero con la segunda y hubo que hacerla más "finita", jajaja... Su fachada es de estilo barroco aunque no excesivo, dicen que es una de las iglesias más bonitas de la América hispana. Los cubanos son más creyentes de lo que pensamos los españoles, quizás la prohibición de Fidel, que tampoco fue tanta, ha hecho florecer lo contrario, un sentido religioso algo especial, que mezcla la ortodoxia de Roma con los rituales africanos de los esclavos venidos de ese continente. La planta de la Catedral es de tres naves con cuatro capillas a cada lado, puede verse algo en la foto de arriba, donde se aprecia un altar con una orfebrería cuidada. Otras iglesias importantes de La Habana son: la Iglesia del Espíritu Santo, la de Paula, del Santo Cristo del Buen Viaje, la de Santa María del Rosario o el Convento de San Francisco de Asis.

Estatua de Colón en el patio del Palacio de los Capitanes Generales

El Palacio de los Capitanes Generales, que mencionamos antes, es de la misma época que la Catedral aunque su forma actual es más moderna debido a una restauración en el siglo XIX. El edificio, en la foto de arriba puede verse el patio con la estatua dedicada a Cristóbal Colón, fue dedicado a Gobierno General de la isla, también a Gobierno Municipal e incluso a Cárcel pública. Se puede visitar por su interior y merece la pena. Cuando Cuba se independizó fue Palacio Presidencial hasta el año 1920, luego con la Revolución fue Ayuntamiento de La Habana (Municipalidad que se dice por allí) y ahora es Museo de la ciudad de La Habana con varias colecciones de armas y otros objetos de la guerra de la Independencia y sede de la Oficina del Cronista de la Villa.

Pero La Habana también requiere de dos visitas fundamentales, de dos templos, no religiosos, bueno casi, a los que ya dedicamos un post en este blog, se trata de:
La Habana es también un museo viviente en sus calles de antiguos coches (norte)americanos de los años cincuenta, cuando Cuba era casi "propiedad" de los Estados Unidos. Abajo os dejo algunas fotos...


Los hermosos edificios habaneros son objetivo de cualquier amante de la fotografía: monumentos, castillos, calles, avenidas, parques,... creo que es lo mejor de la ciudad, pasear por sus calles, tropezarse con los alegres cubanos, dicharacheros, bailarse un salsón, reir con ellos, y con esto termino, de momento, seguiremos con más Habana en otros posts, ahí van las últimas fotos...

Edificio de la Embajada de España en La Habana - Calle Cárcel nº51, esq. a Zulueta

Comentarios

M. Teresa ha dicho que…
Un relato muy interesante sobre esta encantadora y cálida ciudad. Ese aire decadente le da un cierto aire de romanticismo que me fascina, aunque no sé si opinaría lo mismo si tuviera que vivir en una de aquellas coloridas casas semiruinosas.

Veo que eres un gran conocedor de La Habana y supongo que con más razón disfrutas de la ciudad cuando la visitas.

Buen fin de semana!
Adalberto ha dicho que…
Hola Paco

Me gustó mucho el relato, sí en algo estoy de acuerdo es que en la Habana se debe caminar, disfrutar sus calles, su arquitectura, su gente. Es uno de mis lugares favoritos.

Lo único que le reprocho es que sea tan encantadora que en mis dos viajes a Cuba sólo me permitió una escapadita a Trinidad, porque la mayoría del tiempo me tenía embrujado por sus calles.

Saludos
No tengo la suerte de conocer Cuba, aunque si que tengo muchas ganas de visitar el País.

Magnífica entrada.

Saludos desde http://yoadoroviajar.blogspot.com

Trini.
David Álvaro ha dicho que…
Cádiz y La Habana, La Habana y Cádiz. Mientras en una se pone el sol desde la Caleta, en la otra se ve nacer. Cuando una era la salida del Viejo Continente, la otra la entrada al Nuevo Mundo.

Muy buena la entrada.
Un saludo.
Libreta Viajera ha dicho que…
Me ha encantado la entrada, tus palabras y las fotos.
No conozco Cuba, es una de mis eternas pendientes.
Un saludo,
Anónimo ha dicho que…
La Habana es una asignatura pendiente, y posts como el tuyo ayudan a aumentar las ganas de visitarla tarde o temprano.
Hemos descubierto recientemente tu blog de viajes, y nos ha encantado tu manera de escribir y las fotografias.

Un saludo.
Manel & Cristina
Él y ella viajeros ha dicho que…
¡Qué recuerdos me trae esta entrada! No todos buenos, me traje sensaciones más bien agridulces de este viaje que no sé si repetiría, aunque también recuerdo momentos gloriosos como la vibrante música afrocubana del Callejón de Hamel (entre otros)
Un destino difícil, único.
Maria Grau ha dicho que…
Es mi ciudad de nacimiento y una de mis favoritas. Tiene algo que atrapa, que encanta. Muy bonito relato Paco.