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Amman, el centro comercial de Jordania

La puerta de Jordania

Amman (عمان ʿ) es la capital y la ciudad más grande de Jordania, su centro político, cultural y comercial, con una población que se acerca a los casi tres millones de habitantes, abajo tenéis una foto aérea de Wikipedia que da una idea de lo grande que es esta ciudad, gracias al reciente crecimiento económico, aunque su talón de Aquiles sea la proximidad a conflictos bélicos cercanos como Israel y Palestina o la vecina Siria. Amman es también la sede de los edificios de la administración del Reino de Jordania. Se habla de un triángulo Amman-Doha-Dubai como germen de un crecimiento basado en el asentamiento de grandes empresas multinacionales. Como turismo no es gran cosa, pero es la salida de los tour que van con destino a Jerash y sobre todo al Sur   a Petra y el desiero de Wadi Rum, sitios a los que ya hemos hecho mención en este blog. Pero Amman y en general Jordania tiene mucho turismo rico de los países del Golfo. Amman tiene además una larga historia, comenzando por el Neolítico donde ya existe aquí una vida sedentaria y continuando por un pasado de muchas civilizaciones, quizás las más importantes fueron los nabateos, romanos y finalmente el mundo árabe.

Vista aérea de Amman ©Wikipedia

Trece siglos antes de la edad cristiana, ya Amman fue llamada Rabbath Ammon o Rabat Amón por los hijos de Amón y así es mencionado en la Biblia hebrea. Más tarde fue conquistada por los asirios, persas, y macedonios. Ptolomeo II Filadelfo, el gobernante macedonio de Egipto, cambió el nombre a Filadelfia (o Philadelphia). La ciudad se convirtió en parte del reino nabateo cuando Philadelphia se unió a la famosa Decápolis.

Si en algo se distingue a sus habitantes, como en todo el país, es por el pañuelo rojo jordano

Practicamente su historia se redujo por terremotos y desastres naturales que la mantuvieron al margen de la Historia, siendo el Sultán Otomano el que le volvió a dar vida al construir el ferrocarril de Hejaz, que une Damasco y Medina, facilitando la peregrinación anual. En 1921, Abdullah I eligió Amman lcomo sede del gobierno de su estado de nueva creación, el Emirato de Transjordania, y más tarde como la capital del Reino Hachemita de Jordania. Como no había ningún edificio palaciego, comenzó su reinado en la estación de trenes, con su oficina en un simple vagón. La población en los sesenta aumentó considerablemente, debido a la afluencia de refugiados palestinos. Ahora son los iraquíes y más recientemente los sirios los que siguen viendo en Amman un lugar seguro y cercano. A pesar de eso no se ha salvado de ser objetivo de Al Qaeda con atentados que han "espantado" todavía más a los turistas. Pero es una ciudad tolerante como la demuestra la existencia de templos de otras religiones.

Iglesia católica de Amman
Vista general de Amman

Te llama la atención cuando llegas del taxi al hotel en Amman que antes de entrar tienes que pasar todo tu equipaje por un escanner y los guardias de seguridad hacen un importante chequeo de seguridad al propio coche cuando entra en el parking. Eso ya asusta, aunque hay que pensar en atentados, en el lugar dónde estás, tan cercano a los grandes conflictos para pensar que los turistas somos blancos mediáticos importantes para los objetivos de algunos grupos. De todas formas se respira seguridad en Amman, de verdad. Aunque yo me pregunto que aquí vendría poca gente como turista si no existiera Petra, es más bien una ciudad donde admirar la vida diaria de los jordanos, disfrutar con su Ciudadela y ver alguna "ruína" más. Fijaros que quizás una de las obras arquitectónicas más importantes sea tan reciente como que lleva el nombre del Rey Abdullah I, abajo tenéis algunas fotos de este lugar donde los jordanos se han gastado muchos dinares para que sea la imágen de la capital también religiosa del país. Tiene 18.000 m2 y puede dar cabida hasta a diez mil feligreses (siete mil dentro y tres mil en el patio). Fue construída en los años ochenta (aquí tenéis la web de la mezquita). Se distingue por su cúpula azul inconfundible, es la única mezquita en Ammán que permite abiertamente los visitantes no musulmanes. La sala de oración octogonal no tiene pilares y está coronada por una enorme cúpula de treinta y cinco metros de diámetro. El color azul de la parte inferior de la cúpula representa el cielo, mientras que las líneas de oro que llegan hasta la base de la cúpula representan rayos de luz que iluminan los noventa y nueve nombres de Alá. Dentro de la mezquita hay un pequeño Museo del Islam, que tiene algunas piezas de cerámica, así como fotografías y objetos personales del Rey Abdullah I, así como piezas de arte musulmán, monedas y grabados en piedra. El precio de la entrada a la mezquita incluye el acceso al museo. Como en todo el mundo árabe, las mujeres deben cubrirse con velo a la entrada, aunque hay disponibles en la propia mezquita. Y todos, limpios y guarros, jajaja... nos debemos quitar los zapatos antes de entrar en la sala de oración.

Mezquita del Rey Abdullah I

En lo alto de la colina llamada Jebel Al-Qalá se encuentra la Ciudadela de Ammán, nosotros que íbamos con un guía en un vehículo privado utilizó este lugar como punto de partida para la visita por la ciudad, ya que desde ella se obtiene además una panorámica de la extensión de la capital jordana. Las entradas se encuentran en la oficina justo a la entrada del recinto, dos dínares jordanos por persona. En primer lugar te encuentras con el templo de Hércules, bueno de algunas columnas de lo que fue ese templo. El Templo de Hércules era la edificación romana más importante y se contruyó, como indica en una inscripción, siendo Geminius Marcianus gobernador de la provincia de Arabia (162-166 d.C), dedicado a los co-emperadores Marcus Aurelius y Lucius Verus. No fue el primer santuario en alzarse en la zona de la Ciudadela, ya antes había aquí un santuario de la Edad del Hierro dedicado al dios amonita Milcom. Pero para desilusión del turista, las piedras y columnas del templo se reutilizaron para la iglesia ubicada cerca de la ciudadela.

Plano de la Ciudadela

Posteriormente a la visita al Templo de Hércules están los restos de dos civilizaciones, la bizantina, con una antigua iglesia y la omeya con los restos de un Palacio parcialmente restaurado. En el periodo omeya, el material de la edificación romana se reutilizó para levantar un palacio y oficinas, en el mismo recinto que podría haber ocupado un segundo templo romano. Aquí en la Ciudadela está también el Museo Arqueológico Nacional de Jordania, cuya entrada está incluida aunque es un poco caótico.


Otro impotante recuerdo del paso de los romanos por Amman es su Teatro, el vestigio más impresionante de la antigua Philadelphia romana, en la ladera septentrional de una colina que se utilizó como necrópolis. Aquí se podían sentar siete mil, sí, siete mil personas. Tenía tres gradas: la de los gobernantes, la de los militares, y la del pueblo. Fue el teatro más grande de Oriente. Abajo aunque las fotos son a contraluz y desde un cerro que paramos con el coche, se puede ver la inmensidad del teatro. Probablemente durante el gobierno de Antonio Pio, segundo siglo de nuestra Era. Desgraciadamente en la restauración que se inició en 1957 no se emplearon materiales originales, por lo que la reconstrucción no es todo lo fiel que se quisiera.

Teatro romano de Amman
En el lado oriental de lo que fue el foro se alza el Odeón, construido en el siglo II y con capacidad para 500 personas. Este pequeño anfiteatro probablemente estaba cubierto con un techo de madera.

Y bueno finalizamos con Amman, una ciudad moderna con algunos vestigios, no siempre bien conservados de su pasado. Porque Amman como decíamos al principio es más un centro comercial y adeministrativo, una ciudad moderna que tira del carro de la economía de este bello país que es Jordania.

Un ejemplo de los muchos centros comerciales que rodean a Amman



Comentarios

Unknown ha dicho que…
Hola Paco, viajar es también ver la vida de los que habitan esos destinos. Muy bien esas fotos del pañuelo rojo. Saludos,
M. Teresa ha dicho que…
Me encantó el Teatro. Es impresionante la vista desde las últimas filas.

Un saludo