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Zoo de Buenos Aires

Un elefante porteño

El zoológico de Buenos Aires no es un zoológico cualquiera, eso es lo primero que te viene a la idea a la hora de redactar este post. Es un zoológico con sabor a antiguo a pesar de tener unas buenas y modernas instalaciones (mejorables, claro), un zoológico con encanto podríamos decir. Nosotros dedicamos una mañana de nuestra estancia en Buenos Aires a esta zona verde del barrio de Palermo. Está cargado de memoria, se nota sobre todo en el patrimonio arquitectónico. Fue su primer director el sabio naturalista Eduardo Holmberg, al que le sucedió el renombrado Clemente Onelli y un tercer director llamado Adolfo Dago Holmberg, que fue el que definitivamente cerró la construcción del Zoo tal como lo conocemos en la actualidad, más o menos. Sobre todas las figuras destaca la de Onelli, un italiano-argentino. Clemente Onelli (Roma, 1864; Buenos Aires, 1924) fue además del alma de este zoológico, un científico de primera mano, naturalista, conservacionista, geógrafo, arqueólogo, paleontólogo, zoólogo, botánico, explorador y hasta escritor. Decía orgulloso Onelli de su Zoo que "La opinión general es que sobrepasa en mucho a todos los similares europeos, mantiene siempre el récord de visitante sobre los demás jardines zoológicos del mundo, comprendido el de Nueva York, donde no hay crisis ni guerra”. Esta opinión podemos decir que aunque un poco exagerada si que fue así después de la segunda guerra mundial, tras el desmantelamiento de muchos de estos espacios naturales y el argentino siguió funcionando como si nada.

 

Arriba y abajo podemos ver algunas postales antiguas del centenario Zoo de Buenos Aires

 
El presidente Domingo Sarmiento fue el responsable del proyecto de ley para la creación del Parque Tres de Febrero, en las tierras que pertenecían antiguamente a Juan Manuel de Rosas. El proyecto fue presentado en 1874, y el parque fue finalmente inaugurado del 11 de noviembre de 1875, con una sección zoológica cercana a donde se encuentra en la actualidad. Fue propiedad estatal hasta 1888 que pasó a ser municipal. Realmente su ubicación en Palermo, en San Benito de Palermo no tenía todas las bendiciones de la población porteña, en esos momentos casi cinco kilómetros alejado del centro. En 1882 caía un poco lejos, hoy también pero las distancias se hacen más cortas con el metro y los transportes actuales. Además Palermo es un barrio con encanto. En 1883, Carlos Pellegrini, quien años más tarde sería Presidente de la Nación, impulsó la idea de un zoológico independiente, enviando una misiva al Intendente de Buenos Aires sobre la necesidad de este Zoo: El 30 de octubre de 1888 una Ordenanza Municipal daba fe de bautismo al Zoológico de Buenos Aires. Como hemos dicho al principio, su primer Director fue Eduardo Ladislao Holmberg, un médico naturalistas. En sus quince años de gestión construyó los recintos al estilo de la época, donde los animales tenían poco espacio y permanecían enjaulados frente a un gran parque. Lo que si debemos a Holmberg fue que caracterizara los edificios donde eran exhibidos los animalescon detalles arquitectónicos del país de origen de los mismos. Abajo podéis ver alguna foto de estos detalles.


La gran belleza de los edificios es una de las claves de este Zoo y que lo que ha hecho declarar “Monumento Histórico”. En 1904 empieza la época de Clemente Onelli, al parecer un tipo simpático e influyente en Buenos Aires popularizó el zoológico y lo hizo más didáctico, a través de carteles y guías. Con él empezaron a ponerse de modo que se dieran paseos en elefante, camello, o en ponys. Onelli lo hemos dicho arriba fue el verdadero impulsor del parque haciendo que los visitantes se multiplicaran por mil en su primer año de dirección. Convenció a las autoridades municipales para que donaran al zoo un adorno de las Fiestas Mayas ubicado en la Plaza de Mayo, una gran estructura metálica la que él adaptó para que sea la Jaula de Cóndores (ver postal antigua arriba), armazón que aún hoy sigue estando vigente y cumple allí la misma función. La formación que asemeja un paredón rocoso que alberga dentro, es una imitación de la Piedra del Águila que el mismo Onelli había fotografiado en la Patagonia. Dirigió durante todo su mandato la «Revista del Jardín Zoológico». Murió en 1924 "con las botas puestas" siendo director. Adolfo Holmberg, sobrino del primero mantuvo la Institución hasta 1944. A partir de él, se sucedieron unos a otros los directores políticos, amigos del Intendente de turno y con ellos, el deterioro progresivo del Zoológico.


En una época de crisis y ante la falta de iniciativa pública el Zoo pasó a manos privadas en 1991. El Zoológico de Buenos Aires moderno posee una superficie de 18 hectáreas. Cuenta, dice su web, con 89 especies de mamíferos, 49 especies de reptiles y 175 especies de aves, sumando un total de más 2.500 animales. En 1989 Gerardo Sofovich fue designado por el presidente Carlos Menem como Coordinador del Zoológico, durando en el cargo hasta la privatización. En 1991 la concesión del zoológico fue dada por 20 años a una empresa privada, de la cual Sofovich ¡curiosamente! era accionista. Luego, la empresa Corporación Interamericana de Entretenimiento se hizo cargo de la misma. En 1997 fue declarado Monumento Histórico Nacional. En 2012 se cambiaron las jaulas metálicas por grandes espacios, y se dio preferencias a las especies animales del país sobre las exóticas. Actualmente el Zoo de Buenos Aires tiene como objetivo ser un gran centro de educación ambiental y en un centro de conservación de especies, con énfasis en la fauna argentina. Entre otras actividades el Zoo realiza visita guiadas nocturnas, cumpleaños y cursos.


Como veis en la foto una parte del Zoo es el Reptilario. Hay gustos para todos claro, a mi al menos como que no me gusta mucho eso de las serpientes y menos las arañas, pero… El lugar es ideal para conocer esos extraños reptiles y aprender todo sobre estas criaturas que pueblan la tierra desde hace millones de años.

Puerta de entrada centenaria. Se entra por la esquina de la avenida Sarmiento y la avenida General Las Heras. 

Por todo el parque queda constancia de su patrimonio arquitectónico y escultórico propio del siglo XIX.
Espero os haya gustado esta entrada, ¡saludos viajeros!

Web oficial del Zoo de Buenos Aires
http://www.zoobuenosaires.com.ar 


Comentarios

ALEJANDRA CASTRO NUÑEZ ha dicho que…
Gracias por ese post... te cuento una curiosidad y anecdota ... el zoo por la mañana se llena de estudiantes que en argentina le llamamos hacerse "la rata" y aqui (españa) hacer "pellas" era el sitio donde todos ibamos entre nuestros 13 a 18 años y no queriamos ir a la escuela, sin que se enteren nuestros padres... y me has hecho recordar esa etapa de mi vida, hace ya treinta años,,, la entrada era gratuita para menores, estaba mas o menos a media hora de nuestras casas.. era toda una aventura .. gracias
Paco Piniella ha dicho que…
En Andalucía se dice "irse de rabona" o "hacer rabona". Nos gustó mucho el Zoo de BsAs también el de Berlín es genial pero no tengo fotos.
M. Teresa ha dicho que…
Esta tarde hemos estado visitando el zoo de Buenos Aires y no me ha defraudado, a pesar de que me da cierta penita ver algunos animales en espacios tan reducidos. Pero bueno, eso es otra historia y tal como comentabas en esta entrada es un zoológico especial, especialmente por sus edificios.

Un abrazo
silvina ha dicho que…
Hola, una consulta, este zoo sigue abierto o es de los que se cerraron?
https://www.avantrip.com/