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Berlanga de Duero... y su "lagarto"

El famoso "lagarto" de Berlanga de Duero (1543).

Primero les hablaré de lo más singular, más fantasioso quizás, pero curioso: el "lagarto"; aunque realmente era un caimán, quizás el primer caimán que vino a España desde América, nada menos que en el siglo XVI desde el río Chagres. Para los berlangueses aquello fue llamativo, ver aquel exótico animal de unos cuatro metros. Cuando al poco tiempo murió, probablemente de hambre y de frío, decidieron disecarlo. Hoy quinientos años después se sigue pudiendo ver colgado en una de las paredes de la colegiata, de la que luego hablaremos. Pero ¿quién trajo el famoso lagarto? Pues eso es lo que os vamos a contar...



Pintura en la Catedral Santa María la Antigua Panamá

Monumento a Fray Tomás de Berlanga en la Plaza Nuestra Señora del Mercado, al fondo el Palacio de los marqueses de Berlanga (en la base del monumento hay una gran tortuga)

Y para ello les tengo que hablar de un fraile, que nació aquí en Berlanga de Duero, estuvo en América, fue obispo de Panamá, y más tarde se volvió a su pueblo donde murió; aquí fue donde se trajo al famoso "lagarto" que es como lo llaman la gente de Berlanga. Fray Tomás de Berlanga, Tomás Martínez Gómez (1487-1551) fue un dominico que pertenecía a una familia humilde de agricultores castellanos que destacó como un niño ingenioso y virtuoso, pasando a estudiar con los religiosos de Burgo de Osma, y luego en el convento de San Esteban en Salamanca. Llegó a tener no sólo una preparación humanística sino un afán por los estudios de ciencias naturales.

En 1510 cruza el Atlántico y empieza a ocupar cargos de importancia: prior del Convento de los Dominicos de Santo Domingo, luego en México como Viceprovincial de su Orden, también consejero de la Corona española para mediar entre Almagro y Pizarro en Lima, y desde 1531 a 1545 obispo de Panamá. A la ida de ese viaje apaciguador a Lima, las corrientes marinas lo apartaron de su ruta y lo llevaron a islas Galápagos, fue él quien le dio ese nombre por la cantidad de tortugas que allí había. Las islas estaban descritas como "Insulae de los Galopegos" (Islas de las Tortugas). El nombre oficial sin embargo es el de Archipiélago de Colón, aunque administrativamente se conoce al territorio como "Provincia de Galápagos". 

Pero sigamos con el "lagarto": a partir de ahí en el pueblo te cuentan muchas leyendas del bicho, que si había matado a varias doncellas, todas ellas vírgenes y que por eso salieron en búsqueda y capturar del caimán que había escapado al control de su dueño, devorando por las noches a las vírgenes del pueblo.

Cuenta esta leyenda que oculto bajo la tierra caminaba durante la noche ahuyentando los rebaños y que engordó y se agrandó al comer los cadáveres del cementerio; luego fue una chica joven que todavía era virgen, salió una noche de la casa de sus padres en busca de aventuras amorosas y al día siguiente la chica apareció muerta, medio devorada por algún misterioso animal. Al principio nadie pensó en el lagarto de Fray Tomás, pero en sucesivas jornadas aparecieron otras vírgenes en idéntica situación. Finalmente los vecinos de Berlanga decidieron sacrificar al que consideraban como enviado del diablo, colgando sus restos de la colegiata para exorcizar su demoníaca influencia.

El lagarto de Berlanga fue restaurado en 2006, recuperando gran parte de su antiguo esplendor. Hay incluso una confitería en Berlanga que vende unas galletas con forma de lagarto. Y una vez que hemos contado esta anécdota pasamos a relatar de nuestro paseo por este pueblo soriano, que nos sorprendió.

Berlanga de Duero


Escudo de Berlanga de Duero (abajo localización)


No nos confundamos con el Berlanga extremeño, este Berlanga es del Duero, un municipio de la provincia de Soria, cabeza de la comarca del mismo nombre, situado en la hoz del río Escalote. Una villa histórica de algo menos de mil habitantes. Tranquilo y rodeado de un castillo y una colegiata magnífica. No estaba precisamente en el recorrido previsto pero paramos y nos sorprendió, por eso os lo recomiendo. Puedes ver calles porticadas con edificios de adobe y entramado de madera, también se observan casas con sus blasones nobiliarios, entre sus barrios destaca el de la Aljama y el antiguo barrio judío.

Por las calles de Berlanga
Casa Señorial S.XVI: Palacio de los Bravo de Laguna, de traza renacentista

La conquistó el rey castellano Fernando I de Castilla en 1059 y fue repoblada por Alfonso IV de Castilla y por Alfonso I de Aragón para vincularse posteriormente con la familia de los Tovar. La familia Tovar, que ya ostentaba el ducado de Frías se le añadió el de los marqueses de Berlanga. Fue entonces cuando estos decidieron cargarse todas las iglesias románicas que tenía la villa, sí, se las cargaron para desmontarlas y obtener material de construcción y así levantar una grandiosa colegiata que fuera la representación del poder ducal. También los Tovar construyeron el castillo actual y el palacio que fue destrozado por los franceses cuando la invasión de estos.

Colegiata

Como decíamos antes los señores de Berlanga que eran Íñigo Fernández de Velasco y María de Tovar, fueron los que construyeron la gran colegiata con el material de seis (en otros lugares se habla de diez) iglesias románicas, que obviamente ya no están y la aportación de treinta mil ducados. La construcción duró inicialmente cuatro años, a cargo del arquitecto Juan de Rasines. Se inauguró con una misa el 22 de junio de 1530 aunque no estaba terminada del todo, tardaron siglos en acabarla. Se encuentra en la plaza de San Andrés, en pleno centro de la villa, es un edificio que destaca desde todos los puntos por su majestuosidad.

Fachada principal de la Colegiata de Berlanda de Duero

Su planta es del tipo llamado de lonja. Tiene tres naves, un ábside, un crucero y ocho capillas laterales. Es un templo de formas sobrias, de estilo ojival-renacentista o tardo-gótico.

Es impresionante la capilla de estilo hispano-flamenco de Santa Ana que cuenta en el retablo las escenas de su vida, fue donado por su Pedro González de Aguilera: hay diez representaciones de santos además del escudo real flanqueado por el del Cardenal Mendoza y los blasones de Velasco-Tovar



Detalle del sepulcro de alabastro de los hermanos Bravo de Lagunas (obispo de Coria y su gemelo el alcalde de Atienza), es del año 1516, con un retablo al fondo con tallas de una piedad y una Virgen. 




El altar mayor está presidido por la talla de la Virgen del Mercado (arriba), escultura tardorrománica de finales del siglo XII, recuperada de las iglesias derribadas para la construcción de la colegiata. El retablo es muy austero, no está policromado y es de estilo churrigueresco de principios del siglos XVIII.

La sillería del coro de madera de nogal, estilo renacentista, corta la nave central tiene 63 asientos, pertenece a la segunda mital del siglo XVI y es obra de los maestros Vandoma y Valderrma; el órgano fue construído por Mateo de Ávila en 1634 aunque reformado en el sigo siguiente
Hay ocho maravillosas columnas en dos órdenes que marcan la división de las tres naves

El castillo

Fue construido entre los siglos XV y XVI como una fortaleza artillera
El primer antecedente del castillo actual fue una alcazaba

Entre 1460 y 1480 se encargó esta fortaleza por don Luis Tovar y doña María de Guzmán, en la actualidad se distinguen tres partes:

  • la fortaleza tardomedieval (siglo XV),
  • la fortaleza artillera de época renacentista (siglo XVI), 
  • y la muralla (siglo XII)

A ello hay que añadir el mencionado Palacio de los Duques de Frías (siglo XVI).

Vista del castillo y la muralla desde desde el suroeste

Espero que les haya gustado este repaso por este bello pueblo soriano. Hasta la próxima !!

Otro día les hablaré de la ermita de San Baudelio, una ermita mozárabe española que se encuentra en el pueblo de Casillas de Berlanga, también por estas tierras sorianas.



Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Hola, Paco, bonita Berlanga de Duero. Localidad para tenerla en cuenta.

¡Muy importantes debían ser los hermanos Bravo de Lagunas para tener un sepulcro de albastro tan finamente tallado! Desde luego para la época ser obispo y ser alcalde era prácticamente el summum.

Saludos
CarmeLa